Por KUKULKÁN
EN SU MOMENTO Laura Fernández Piña ha declarado que “es mucho ruido y pocas nueces” al referirse a las acusaciones que hay en su contra por la presunta malversación de recursos públicos cuando fue alcaldesa de Puerto Morelos, hasta septiembre de 2021 para convertirse en diputada federal y poder aspirar a “la grande” como bien le resultó aunque fue alcanzada por su turbio pasado en actos de corrupción.
PERO AYER por la tarde la actual administración de ese municipio que encabeza Blanca Merari anunció la presentación de un serial de denuncias en contra del ex tesorero, ex oficial mayor y la ex presidenta municipal,Laura Fernández Piña por los delitos posibles de fraude procesal, peculado y lo que resulte tras dejar una deuda de más de mil 274 millones de pesos e hipotecar las finanzas del ayuntamiento por los próximos 20 años.
LA AFECTACIÓN al erario se integra por 89 millones de pesos no pagados al Instituto Mexicano del Seguro Social; 18 millones del Impuesto Sobre la Renta (ISR), 39 millones de Impuesto sobre Nómina; 37 millones de deuda a proveedores; 246 millones comprometidos por nómina inflada y 830 millones de pesos del contrato otorgado al esposo de Laura Fernández Piña para otorgar el servicio de alumbrado público.
LA ALCALDESA Blanca Merari ha dicho queno se trata de un tema político sino de NO ser cómplice de los posibles delitos cometidos por su antecesora y ante la pregunta de si no tiene miedo, la alcaldesa respondió que por supuesto tiene miedo porque con estas denuncias se están afectando intereses personales y de grupo que pueden derivar en agresiones o ataques por lo que responsabilizó a Laura Fernández en caso de que les pase algo a ella, a su familia o alguien de su equipo de gobierno.
HORAS ANTES de que se anunciara el paquete de denuncias presentadas en su contra, Laura Fernández ya se estaba curando en salud al asegurar: “Nunca he tenido un jefe político. No le debo nada a nadie. Siempre he participado en política, quizá por eso me he ido por el camino empedrado y no por la autopista como otras personas; por eso me quieren meter a la cárcel y se me quieren ir encima porque tienen una gran desesperación, porque su gran sueño es apoderarse de Quintana Roo”.
DE HECHO, Laura había sido advertida de lo que venía a través de la gente que todavía opera para ella desde el interior del ayuntamiento, le corrieron la voz de que su cabeza estaría en la guillotina de la justicia en la sesión pública de este miércoles, por lo que, presuroso, su equipo de campaña dispuso de las agendas del coordinador del Grupo Parlamentario del PRD en la Cámara de Diputados, Luis Cházaro y del senador perredista, Miguel Ángel Mancera para que a mitad de semana, como si no hubiera más urgencias en el legislativo federal, acudieran a respaldar a su candidata al gobierno de Quintana Roo.
A AMBOS LÍDERES del partido del sol azteca los convocaron a las once de la mañana de este miércoles 11 de mayo en el hotel Wydham Garden Cancún Centro, para que manifestaran su respaldo a la candidata de la coalición “Va por Quintana Roo” al gobierno de la entidad. Flanqueada por ellos, Laura Fernández insistió en la necesidad de hacer un llamado al voto útil de los quintanarroenses “para evitar que el ‘Niño Verde’ se apoderen de la entidad con un gobierno improvisado, corrupto y con intereses particulares”.
EN CONFERENCIA de prensa, donde también estuvo acompañada por los dirigentes estatales del PAN, PRD y Confianza por Quintana Roo, Laura Fernández aseguró que su proyecto “ha venido creciendo, estamos ya en un empate técnico y seguimos caminando, llevando un proyecto incluyente con propuestas reales y tangibles”. Si bien la candidata perredista no hizo referencia a las acusaciones en su contra por la presunta malversación de recursos públicos cuando fue alcaldesa de Puerto Morelos, fue el senador Mancera el que habló al respecto al señalar que “el crecimiento de Laura es algo que pone nerviosa a la contraparte y esta contienda cerrada lleva a desesperaciones; es claro que por eso vienen los ataques”. Pero en este caso no se trata de ataques sino de pruebas contundentes sobre malversación de fondos públicos.
