Por KUKULKÁN
AL DIAGNOSTICAR que la campaña del PRD/PAN se encuentra en terapia intensiva derivado de las tropelías de su candidata a gobernadora Laura Fernández Piña, en total desesperación el líder nacional del PRD Jesús Zambrano ha decidido utilizar las ruedas de prensa en Quintana Roo como terapia de RCP (reanimación cardiopulmonar) para mantener, aunque sea moribunda, la única campaña a nivel nacional que penosamente abanderan este año.
AL IGUAL que en los otros cinco estados donde habrá elecciones (Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca y Tamaulipas), el PRD en Quintana Roo apenas alcanza el 2% de preferencias electorales lo que en 2021 lo llevó a perder el registro local en 19 estados de la República. En este proceso el PRD se juega su destino por eso desde la cuarta semana de campaña lanzó sus mejores cohetones, varios venían con pólvora mojada y algunos hasta les tronaron en las manos.
LA SORPRESA vino en la quinta semana cuando salieron a relucir todos los trapos sucios, así como las denuncias formales ante las autoridades federales y estatales por corrupción, desfalcos al erario, contratos millonarios a empresas familiares y desvío de recursos públicos durante los cinco años que Fernández Piña fue alcaldesa de Puerto Morelos (2016-2021), lo cual ahora ha sido usado por la dirigencia nacional del sol azteca para denunciar una ‘campaña sucia’ contra de su candidata.
LA NARRATIVA que se han dedicado a difundir para darle oxígeno a su candidata es que se trata de una persecución política luego de que Laura Fernández ha despuntado en las preferencias electorales y ya rebasó a la candidata a vencer en la contienda Mara Lezama Espinosa, a quien hasta ahora todas las encuestas la dan como ganadora a sólo tres semanas de que se celebren los comicios.
PARA eso se instaló en Quintana Roo el diputado federal José Luis Cházaro quien funge como real coordinador de campaña y promotor de Laura; a él, Jesús Zambrano le encargó que se dedicara a sacar la campaña adelante y ganar ya que ambos se obstinaron en meter con calzador a Laura Fernández como candidata de su coalición a quien ahora quieren hacer ganar por la vía de los mensajes de redes sociales victimizando a su candidata cuando existen pruebas de corruptelas en su contra presentadas por el cabildo de Puerto Morelos.
DESDE hace dos semanas, cuando notaron que su candidata nada más no subía en las encuestas, Cházaro presentó los resultados de una encuesta mandada hacer por ellos mismos en la que supuestamente había ya menos de seis puntos de diferencia entre Laura Fernández y Mara Lezama, lo que llevó al Coordinador de Diputados del PRD a celebrar con bombo y platillo un adelantado ‘empate técnico’ porque estaban en pláticas con la dirigencia nacional del PRI con la intención de que su candidata Leslie Hendricks declinara en favor de perredista.
AL DÍA SIGUIENTE de la desatinada declaración de Cházaro, Alito Moreno el dirigente nacional del PRI y compañero en la alianza nacional del ‘Va por México’ con el PRD y PAN, levantó la voz y con manotazo en la mesa le reviro públicamente que no había alguna intención de declinar a favor de Laura Fernández y pidió a los dirigentes nacionales del PRD y PAN que no engañaran a la ciudadanía, porque no había negociaciones en curso y menos para declinar.
ESO NO los detuvo, seis días después nuevamente Cházaro utilizó otra rueda de prensa para volver a decir que (ahora sí) se había reunido con Alito Moreno y que ya estaban por definir la declinación de Leslie Hendricks en la sexta semana de campaña. No pasaron 24 horas de la declaración, cuando la propia candidata del PRI publicó en sus redes sociales de forma tajante que no declinará por nadie y menos por Laura Fernández que está siendo investigada por actos de corrupción y peculado.
EL SÁBADO pasado, otra vez pretendiendo manipular a los medios de información, Jesús Zambrano, en rueda de prensa, quiso vacunar a su candidata advirtiendo que en los próximos días recibirá ataques y será objeto campañas negras, denostaciones e inclusive acusó que en Quintana Roo se lleva a cabo un narco proceso electoral, pero sin presentar pruebas de sus dichos.
