La Nota…¡Es la Neta!

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La Nota...¡Es la Neta!

POR JOSÉ LUIS CARRILLO RAMOS

Como el nombre lo dice; el medio de comunicación debe estar en “medio” de la sociedad y del poder, en cualquiera de sus manifestaciones.

Nuestra chamba es ser simples y humildes interlocutores, dejando de lado el protagonismo y la nada recomendable arrogancia.

No obstante, dada la naturaleza humana, misma que no es justificante; es sumamente difícil lograrlo, cayendo en repetidas ocasiones, en las que me incluyo, en esos errores.

Sin embargo, la “objetividad”, premisa básica del periodismo tradicional se encuentra, al igual que muchos modelos sociales de la “vieja escuela”; en entredicho, pero eso es otro tema para posteriores ocasiones.

Para nadie es un secreto que existen directores en escuelas de periodismo o facultades de comunicación que NUNCA han sido periodistas, vaya, ni siquiera han ejercido esa profesión en ningún medio, menos en la calle, el campo de batalla real.

Nadie duda que al periodismo actual le urge un cambio, una actualización que conlleve una colegiación obligatoria a la par de una renovación de los compromisos sociales y humanos fundamentales.

El periodismo es y será de los periodistas, simple; ¿o acaso se imaginan a ingenieros realizando cirugías, a médicos construyendo edificios, a dentistas volando aviones? ¡Zapatero a tus zapatos!, dicta la máxima.

Sin embargo, las cosas suceden por razones nada gratas, pero realistas, los periodistas nos hemos convertido en lo que nunca debimos, y por ende hemos permitido que otros profesionistas, sumamente calificados y preparados ocupen espacios que ellos mismos se han ganado.

¿Nos molesta el auge de los influencers, nos molesta que haya chavos que transmiten mensajes millones de veces más vistos que nuestros textos?

¡Algo estamos haciendo mal los periodistas tradicionales!

¿Ahora somos publicistas y no periodistas?

No nos hagamos bolas, la nota siempre es escribir y decir la neta; es lo que la gente espera, es lo que les interesa.

Recuerdo a mis guías profesionales en mi divertida vida profesional; periodistas valiosos y sensibles, que al regresar de reportear en el periódico El Norte, El Metro y El Sol, o en la entonces incipiente Oficina México, prólogo de Reforma, siempre me hacían la misma pregunta:

¿Cuál es la nota Chato?

No había de otra, era simple la respuesta; lo que a la gente le interesaba saber y no lo que al grupo de poder le interesaba decir.

La nota era EL HECHO, el ahora, vaya, la noticia y no la especulación, recuerdo cientos de interesantes y fraternas discusiones con grandes periodistas como Ramón Alberto Garza, Manuel Galván, Omar Elí Robles, Marta Treviño, Eduardo Campos, Lourdes Solís, Gabriela González, Gaspar Bustillos, Homero Hinojosa, y muchos otros a los que considero guías profesionales y no exjefes.

O los puntos de vista alternativos de editorialistas reflexivos, analíticos y asertivos, como Federico Arreola y Felipe Díaz Garza.

Y más recientemente, con Norma Madero Jiménez (QDEP) y Agustín Ambriz, al librar momentos tensos, pero de alto aprendizaje profesional, cuando el entonces exgobernador Roberto Borge, y otros connotados políticos afines; buscaban afanosamente desaparecer a Luces del Siglo, en Quintana Roo.

Actualmente Borge se encuentra encarcelado y Luces del Siglo está llegando a sus 20 años de buen periodismo, simplemente.

Nuestra carrera es relativamente nueva, por ello vemos a ingenieros, economistas, abogados, mercadólogos, siendo periodistas exitosos, lo que obliga a la siguiente pregunta:

¿Seremos los periodistas tradicionales, debut y despedida?

Resulta interesante que ahora los verbos en condicional son los que empiezan a regir el periodismo y la “proyectitis” empieza a desplazar el hecho en sí.

La nota ya no es el inicio de la ejecución de la obra; vaya ni siquiera el anuncio de arranque, menos la inauguración, ahora lo es el “haría”, “llegaría”, “iría” dejando a un lado a “inicia”, “inaugura”, “concursa”.

El aventurarnos a dar por hecho, una obra oficial que aún no es real, son situaciones que han pegado a la fortaleza del periodismo: La credibilidad.

Es un hecho que los trascendidos, que tradicionalmente reinaban los espacios editoriales, ahora ocupan encabezados y primeras planas haciendo parecer que es un hecho, cuando, muchas veces son meras estrategias políticas o empresariales de grupos de poder.

Admito y me disculpo por lo denso y largo de este texto, en el que expreso opiniones sumamente personales y lo hago con un afán de ser positivo y reflexivo al moverme solamente el amor a mi profesión, el respeto a mis colegas y un renovado compromiso con la sociedad.