- En 2024 entrará en vigor un nuevo Reglamento de Construcciones que obligará a realizar análisis de vulnerabilidad en edificios construidos antes del sismo de 1985.
IVÁN SOSA / AGENCIA REFORMA
CIUDAD DE MÉXICO.- En 2024 entrará en vigor un nuevo Reglamento de Construcciones que obligará a realizar análisis de vulnerabilidad en los edificios construidos antes del sismo de 1985, expuso el director del Instituto para la Seguridad de las Construcciones, Renato Berrón.
El objetivo es proceder a integrar en el diseño estructural de los edificios vulnerables, disipadores de energía sísmica, explicó ante el Colegio de Ingenieros Civiles de México (CICM).
“Si nosotros decimos hay que revisar todos los edificios existentes y reforzar aquellos que no cumplen, eso y decir nada, es lo mismo, una tarea así es imposible”, indicó Berrón.
“Hay que ser prácticos, a ver cómo podemos encontrar una solución a este enorme problema, que es el talón de Aquiles de la Ciudad de México, los edificios existentes”, indicó.
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Los edificios construidos con base en las normas técnicas del Reglamento de Construcciones actualizado en 1993 y después en 2004, con reglas estructurales aún más estrictas, son más seguros y sufrieron daños menores en el sismo de 2017, planteó.
El método previsto por el nuevo reglamento será que Corresponsables en Seguridad Estructural identifiquen visualmente los edificios más vulnerables, para después hacerles un dictamen que requiera incorporarles las nuevas tecnologías de disipación de energía
“Entonces, vamos a diseñar estos edificios contra el colapso, con que no se colapsen, es más que suficiente”, precisó Berrón.
El objetivo es lograr que con las modificaciones estructurales, los edificios cumplan con los requisitos técnicos del Reglamento de Construcciones.
“Si el año de construcción es antes de 1987, pero es de alta vulnerabilidad, tendrán que usar el reglamento de 2004”, puntualizó Berrón.
“Si el año de construcción es antes de 1987, pero es de una vulnerabilidad media podrán usar el reglamento de 1993”.
Reconoció que aun no está resuelto cómo se pagarán las obras necesarias para integrar las nuevas tecnologías.
Los aisladores sísmicos o los disipadores de energía, que utilizan las torres recién construidas con base en el Reglamento de Construcciones de 2017, son diseños de ingeniería para que el edificio soporte las aceleraciones provocadas por un sismo, anotó.
Es una tarea difícil, porque a las escuelas ya se les pidió que los integren a sus programas, sin buenos resultados, comentó el experto.
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