Crueldad animal: prevención omisa

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Crueldad animal: prevención omisa
  • El caso de maltrato animal en contra de “Scooby”, el can que fue arrojado a un cazo con aceite hirviendo en Tecámac, Estado de México, exhibe rasgos de una personalidad extremadamente violenta.
STAFF / AGENCIA REFORMA

CIUDAD DE MÉXICO.- El caso de maltrato animal en contra de “Scooby”, el can que fue arrojado a un cazo con aceite hirviendo en Tecámac, Estado de México, exhibe rasgos de una personalidad extremadamente violenta por parte del agresor, los cuales debieron ser identificados desde temprana edad.

Sin embargo, la ausencia de una política pública que promueva este enfoque impacta en detrimento de la prevención, consideró  Feggy Ostrosky, directora del laboratorio de Neuropsicología de la UNAM.

Con base en el video de los hechos, la experta consideró que el atacante, Sergio “N”, llega a mostrar rasgos de psicopatía, entendida como la nula empatía con otros seres vivos, un trastorno que también llega a encontrarse en homicidas seriales.

“Esa gente es muy violenta. Habla de alguien impulsivo, poco reflexivo, que está enojado, y una falta de empatía, debería haber un sistema biológico que le inhibe y no lo hay”, apuntó Ostrosky.

La especialista señaló que, estadísticamente, alrededor de un millón 260 mil personas en México tienen comportamientos similares, sin embargo, se carece de programas que permitan identificar y atender este tipo de perfiles de forma adecuada.

“Hay cero política pública, hay nada, no hay estos programas que se necesitan y que no costaría hacer, actividades para observar el desarrollo, no hay prevención”, señaló la especialista en Neuropsicología de la Violencia y quien ha analizado casos de asesinos seriales.

Ayer por la mañana, la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) señaló que minutos antes de arrojar al can, Sergio “N” había ingresado a la carnicería, ubicada en la Colonia San Pablo Tecalco, donde amenazó de muerte al dueño del negocio y lo amagó con un objeto punzocortante.

El hombre fue detenido en la Alcaldía Coyoacán, horas después de que la dependencia indicó que había sido identificado. Fue trasladado a la Agencia 50 de la Fiscalía General de Justicia, en la Alcaldía Cuauhtémoc, donde al momento de ser subido a un vehículo fue increpado por reporteros, uno de los cuales, incluso, le asestó un manotazo en la cabeza.

Posteriormente, fue trasladado al Penal de Chiconautla.

Y LO ECHAN DE MENOS

En Tecámac, la familia que había adoptado a “Scooby” apenas hace 15 días lo echaba de menos.

El can era mestizo y tenía dos años de edad. Había sido rescatado por la familia de Lucía Martínez.

Su dueño anterior había querido deshacerse de él sacrificándolo, sin embargo, un hijo de Lucía intervino y pidió que se los entregara.

“Scooby” se unió a la familia, que ya tenía otros tres perros mestizos: “Fido”, “Negro” y “Canela”, los cuales acostumbran a estar afuera de la casa, donde vigilan, ladran, juegan entre ellos y buscan la sombra para resguardarse del sol.

Cuando los integrantes de la familia pueden, compran croquetas para ellos, pero cuando el dinero escasea, remojan caldo con tortillas para alimentarlos.

El domingo, uno de los hijos de Lucía fue a comprar un pedazo de carne para almorzar.

“Scooby” lo siguió.

El menor de edad entró a una tienda, mientras que el can caminó 30 metros hasta la entrada de la carnicería. Los trabajadores de ese negocio acostumbran a lanzar pedazos de carne a los perros que se aproximan, algunos de ellos en situación de calle.

Momentos después, el niño escuchó los alaridos, fue al exterior y observó cómo su perro era sacado de un cazo hirviendo.

“(El niño) venía llorando, dijo ‘ahora sí tu perrito ‘Scooby’ ya no está, ya lo echaron al cazo, lo hicieron chicharrón'”, recordó Lucía.

“Ahorita estamos tristes por el perrito, porque nos encariñamos”.

En una de las esquinas del hogar, que tiene techos de lámina y ladrillos sobrepuestos, “Scooby” había excavado un agujero en el piso de tierra, en el cual se metía para dormir.

“Cuidaba mucho en la noche, todas las mañanas salíamos y el perrito se alegraba, mucho se alegraba, jugaba”, narró Lucía a REFORMA.

Tras enterarse de que el responsable había detenido, la familia esperaba que se hiciera justicia por el caso.

“Qué bueno que lo agarraron, que se haga mucha justicia”, compartió Lucía.

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