NIDO DE VÍBORAS

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Por KUKULKÁN

SOBRE la vibrante arena política mexicana, la batalla entre el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y el bloque opositor liderado por el empresario Claudio X. González se intensifica. Tras cinco años de un combate abierto, caracterizado por señalamientos de ‘populismo’ al actual gobierno y una contracampaña marcada por acusaciones y desafíos legales, la pregunta sigue en el aire: ¿Qué rumbo tomará el futuro electoral inmediato de México?

LA OPOSICIÓN, con su ardua labor legal y mediática, ha logrado algunos triunfos en los tribunales, evidenciados en las 44 resoluciones de 113 controversias constitucionales presentadas contra la administración de López Obrador, tan sólo de 2018 a 2021. Sin embargo, estos logros parecen ser meros destellos en un panorama más amplio dominado por la fuerte presencia y el apoyo popular a Morena y su proyecto de nación.

COMO máximo tribunal constitucional del país, la Suprema Corte de Justicia de la Nación aún tiene en sus manos la resolución de decenas de controversias constitucionales, así como de acciones de inconstitucionalidad. Estas decisiones no sólo son fundamentales desde el punto de vista legal, sino que también tienen el potencial de influir en la narrativa política y, en última instancia, en el escenario electoral.

LA FORTALEZA de Morena, reflejada en su robusto apoyo popular, presenta un formidable desafío para la oposición cuya estrategia ha estado centrada en una lucha legal y una campaña de denuncia que, aunque importante, no parece haber mermado significativamente el respaldo al presidente López Obrador. Por lo tanto, la pregunta clave para la oposición es: ¿cómo pueden transformar sus victorias legales en un éxito electoral? ¿Qué estrategias necesitan adoptar para reconectar con la base social que, hasta ahora, parece inclinarse mayoritariamente hacia Morena?

EN ESTE punto crítico, la oposición se enfrenta a un dilema. Por un lado, persistir en su actual estrategia legalista y mediática; por otro, buscar una renovación en su enfoque, quizás centrándose más en las necesidades y preocupaciones del electorado mexicano. Este cambio de táctica podría incluir una comunicación más efectiva de sus propuestas, una visión alternativa y convincente para el país, y una mayor conexión con las bases que han sentido el impacto de las políticas actuales.

EL RELOJ electoral no se detiene y la oposición se encuentra en una carrera contra el tiempo para redefinir su narrativa y estrategia. El éxito o fracaso de este esfuerzo no sólo determinará el resultado de las próximas elecciones, sino que también podría reconfigurar el paisaje político mexicano en los años venideros. La batalla, sin duda, está lejos de terminar.

@Nido_DeViboras