NIDO DE VÍBORAS

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Por KUKULKÁN

A QUÉ LE TIRA la alcaldesa panista de Solidaridad, Lili Campos Miranda cuando con su ausencia la tarde del pasado viernes 16 pretendió desairar a la gobernadora morenista Mara Lezama Espinosa en la inauguración de una paquete de obras por más de 125 millones de pesos de recursos estatales para beneficio de estudiantes de los nivel educativo básico, medio superior y superior en Playa del Carmen, no obstante que a temprana hora sí asistió tanto a la develación de la escultura de Jacques-Yves Cousteau en la Isla de Cozumel como al evento donde se asignaron unidades de Ángeles Verdes a rutas de los municipios de Solidaridad, Cozumel y Tulum, en presencia del secretario federal de Turismo, Miguel Torruco Marqués.

EMPODERADA en 2021 por su ‘Jefe’ el entonces gobernador Carlos Joaquín González, actual embajador de México en Canadá, a Lili Campos la han dejado sola en la búsqueda de su reelección y aunque mediáticamente su equipo pretende permear la narrativa de que goza de ‘alta aceptación’ entre los solidarenses. Una lista de pruebas sobre corruptelas en la entrega de licitaciones públicas para la contratación de bienes y servicios, se han ido acumulando en un grueso expediente que podrían derivar en sanciones administrativas y/o hasta penales en caso de que la Auditoría Superior del Estado compruebe los beneficios financieros a negocios particulares con recursos públicos.

A LILI CAMPOS le ha faltado aprender la diplomacia de los gobernadores panistas de Yucatán, Mauricio Vila Dosal, y de Querétaro, Mauricio Kuri González, que han sabido llevar una buena relación institucional con el presidente Andrés Manuel López Obrador lo que se ha traducido en beneficios para los habitantes de sus respectivas entidades a pesar de portar banderas de distinto color; lo importante es la gente y esa ha sido la tónica aunque desagrade al panismo nacional y sus aliados, que consideran a estos mandatarios como traidores y aduladores del régimen de la Cuarta Transformación.

LA FUERZA electoral del PAN y aliados alcanzó en Quintana Roo el 18 por ciento del total de votantes que acudieron a las urnas en 2022 para elegir a la actual gobernadora. Y de las dos presidencias municipales que había conquistado en 2021, en el camino Isla Mujeres optó por sumarse a la ola guinda que presagia un triunfo aplastador para los comicios del domingo 2 de junio donde además de presidente de la república, se elegirán diputados y senadores, diputados locales y alcaldes en los once municipios. Por eso no se entiende el desplante de la alcaldesa en un escenario donde la educación se convierte en el estandarte de la esperanza para miles de jóvenes en Solidaridad.

SE TRATABA de un acto que bien podría haber sido catalogado como histórico, por la magnitud de la inversión y el impacto potencial en la vida de 14 mil 500 estudiantes, pero la alcaldesa optó por delegar su presencia a un subalterno, en un gesto que muchos interpretarían como una clara señal de que las prioridades de su administración quizás naveguen en aguas distintas a las de la gobernadora Mara Lezama y, por extensión, las de los ciudadanos a los que ambos mandatos deben servir.

LA INVERSIÓN anunciada no sólo simboliza un avance tangible en la infraestructura educativa de la región, sino que también representa un compromiso firme con la educación como vehículo de transformación social. “La educación no será un gasto, será siempre una inversión”, afirmó Lezama. En contraste, la ausencia de Campos se lee como una página arrancada del libro de las oportunidades perdidas: Perdió la oportunidad de estar en primera línea en uno de los eventos más significativos para el futuro educativo del municipio que gobierna, Solidaridad, y dejó escapar la chance de demostrar un verdadero liderazgo comunal.

LA DISTRIBUCIÓN de la inversión —81 millones para educación básica, 22 millones para media superior, y casi 22 millones para educación superior— es un testimonio de una política integral que busca abordar las necesidades educativas en todos sus niveles. Este enfoque holístico, que apunta a fortalecer desde la base hasta la cúspide del sistema educativo, contrasta marcadamente con la actitud de quien, por omisión, parece relegar la importancia de estos esfuerzos. Sin duda este evento debió ser un recordatorio de que, cuando los líderes se unen con un propósito común, el progreso es inevitable. No obstante, la silla vacía dejada por Campos habla más fuerte que cualquier discurso, recordándonos que, en el teatro de la política local, a veces los actos de ausencia resuenan con más fuerza que los gestos de presencia. Y en este acto, la alcaldesa ha elegido su papel: el de una silueta ausente en el momento en que Solidaridad más necesitaba verla.

@Nido_DeViboras