NIDO DE VÍBORAS

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Por KUKULKÁN

EN MEDIO de la ferviente batalla electoral por las curules del Congreso de la Unión, donde la alianza ‘Seguiremos Haciendo Historia’ parece dominar el escenario con poca resistencia visible, emerge una voz que clama en el desierto político de la oposición en Quintana Roo. Mayuli Martínez Simón, candidata de la coalición ‘Fuerza y Corazón por México’, se esfuerza por hacerse oír en un ambiente donde sus contrincantes parecen navegar hacia una victoria anticipada.

CON UNA CAMPAÑA que muchos perciben como fantasmal, la panista enfrenta el reto de combatir a sus adversarios del partido dominante con un arsenal de críticas y promesas que busca revivir el interés en un sector vital para la región: el turismo. Muy al contrario de lo que reflejan las cifras de hoteles y aeropuertos rebosantes de la principal actividad económica del estado, Martínez Simón pinta un panorama sombrío, acusando al gobierno federal de haber descuidado la industria turística y de exponer la región a perder su competitividad internacional.

SU POSTURA, que intenta ser audaz ante el oído del electorado, sostiene que, bajo la superficie de la prosperidad de las cifras oficiales, se esconde una crisis de inseguridad y desatención que amenaza desmoronar el éxito turístico del Caribe Mexicano. No es más que el mismo discurso lanzado por Xóchitl Gálvez, la candidata panista a la presidencia de la república, cuando vino a Quintana Roo a hablar del mismo ‘fracaso’ y prometer una era de revitalización turística que coloque a México como un líder en turismo responsable y de calidad mundial.

ÉMULA de la hidalguense, la candidata a senadora invoca la necesidad de una dirección nueva que venga a recuperar el turismo como fuente de ingresos y que lo transforme en un motor de cambio socioeconómico y cultural, como quien viene a descubrir el hilo negro. En sus elucubraciones de un mejor futuro turístico, ve más allá del disfrute superficial: un impacto profundo y duradero para las comunidades que más lo necesitan. Primero los pobres, pues.

PERO a medida que la campaña avanza y el día de la elección se acerca, la pregunta brota en el aire: ¿Logrará Mayuli Martínez Simón captar la atención y el apoyo necesarios para implementar su visión? O ¿seguirá siendo una voz solitaria, eclipsada por el ruido de sus oponentes más visibles? La respuesta a estas interrogantes sin duda decidirá su futuro político.

SIN PROYECTO de nación, pero sobre todo sin rumbo, Mayuli Martínez Simón parece montada sobre una bicicleta que pedalea y pedalea sin darse cuenta de que se le ha zafado la cadena, en un frustrado intento por conectar con los electores a través de mensajes tronantes que resuenan especialmente en aquellos directamente afectados por las políticas turísticas del gobierno de la 4T.

ES AQUÍ donde su estruendosa crítica trata de convencer al electorado quintanarroense, mayoritariamente afín a lopezobradorismo, sobre las promesas incumplidas del presidente Andrés Manuel López Obrador en 2019 de desarrollo y apoyo al turismo, que a su juicio se vieron impactadas por la drástica reducción del presupuesto de esta industria para canalizarlo a su obra magna, el Tren Maya. Mientras que algunos críticos pueden ver la campaña de Martínez Simón como una batalla cuesta arriba, ella persiste, creyendo firmemente en la capacidad de cambio a través de la acción política consciente y dirigida. Sin embargo, con el día de la elección aproximándose, sus argumentos no tienen más efecto que el de la pirotecnia discursiva.

@Nido_DeViboras