NIDO DE VÍBORAS

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Por KUKULKÁN

LEJOS de preservar los principios democráticos garantizados en la Constitución política mexicana, la ministra Norma Lucía Piña Hernández, presidenta de la Suprema Corte de la Justicia de la Nación, se ha quitado la máscara y parece haber encontrado su nueva vocación: convertirse en el hada madrina del bloque opositor, apoyando sin recato alguno la campaña de la candidata Xóchitl Gálvez. Y es que, en un despliegue que haría sonrojar al más descarado de los políticos, en los últimos meses la togada se ha dedicado a amenazar a quienes dentro del Poder Judicial se oponente a sus intereses, así como a orquestar reuniones secretas con opositores al gobierno de la 4T con miras a anular los resultados de la próxima elección.

LAS REUNIONES, que pretendieron celebrarse en lo oscurito, pero salieron a la luz gracias al desacuerdo de integrantes del propio Poder Judicial, son la muestra más clara de que la independencia e imparcialidad de la SCJN están en peligro. Mientras los ministros y magistrados asistentes disfrutaron de los canapés y las copas de vino, se planificaron estrategias que buscan favorecer a la oposición. El primero de estos encuentros, convocado por la ministra Piña Hernández, fue en la residencia del ministro Juan Luis González Alcántara en las Lomas de Chapultepec, en el cual estuvieron presentes Alejandro Moreno, líder del PRI, Marko Cortés, dirigente del PAN, y otros actores que comparten un mismo enemigo: el presidente Andrés Manuel López Obrador.

OTRA de las reuniones donde las conspiraciones políticas fueron el plato principal, fue la casa de Federico Reyes Heroles González Garza, ex secretario de Energía en el gobierno de Ernesto Zedillo y padre de Natalia Reyes Heroles Scharrer, secretaria general de la presidencia de la Corte. Pero lo que verdaderamente tiene indignados a jueces, magistrados y consejeros del Poder Judicial son las amenazas veladas que lanzó la ministra Piña contra los críticos de estos encuentros, en el sentido de que existen “más de 300 quejas” contra funcionarios judiciales que podrían activarse.

ES DECIR, quien se atreva a cuestionarla, se enfrentará a la máquina del Poder Judicial como una muestra más de que en la SCJN, el poder no se ejerce con justicia, sino con conveniencia política. La intervención de Piña en el proceso electoral no es una simple teoría de la conspiración. Hay evidencias claras de su “gravísimo involucramiento” en la elección del próximo 2 de junio. Recientemente, fueron revelados una serie de mensajes de whatsapp donde la ministra presidenta pretende intervenir en la función del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, lo que llevó al coordinador de Morena en el Senado, Ricardo Monreal a denunciar públicamente que Piña pretende anular las elecciones.

COMO un mal truco de magia, la justicia en México ha revelado sus cartas demasiado pronto. La ministra Piña y sus aliados no sólo amenazan la imparcialidad de la SCJN, sino que ponen en juego la confianza de los ciudadanos en un sistema que debería ser el último bastión de la democracia. En vez de velar por la Constitución, parece que nuestros ministros prefieren velar por sus propios intereses y los de sus nuevos amigos políticos. ¿Y qué nos queda a los ciudadanos? Observar con impotencia cómo quienes deberían protegernos se convierten en los verdugos de la democracia. La Suprema Corte ha dejado de ser un órgano de justicia para transformarse en un actor más en la batalla electoral, mientras que los seguidores de la candidata Xóchitl Gálvez sonríen y agradecen.

@Nido_DeViboras