NIDO DE VÍBORAS

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Por KUKULKÁN

LA RECIENTE debacle de los partidos tradicionales en el estado ha desatado un tsunami de impugnaciones que sólo puede describirse como patadas de ahogado. Morena, en un arrollador despliegue de fuerza, se llevó los once ayuntamientos y los 15 distritos electorales para el Congreso local, dejando a sus contrincantes agarrados de un clavo ardiendo en su desesperada lucha por invalidar los resultados obtenidos en cuatro municipios y cinco diputaciones.

LOS PARTIDOS derrotados, incapaces de aceptar su triste realidad, han acudido en masa al Tribunal Electoral de Quintana Roo con un total de 13 impugnaciones. En su imaginario, estos recursos no sólo son un intento de salvar su orgullo herido, sino también un patético esfuerzo por evitar la desaparición. Cozumel, Benito Juárez, Othón P. Blanco y Felipe Carrillo Puerto son los municipios donde los resultados están en la mira, al igual que en los distritos 10, 11, 12, 13, 14 y 15. Sin embargo, los dados están echados y la diferencia de votos es tan aplastante que cambiar los resultados sería tan posible como que el PRI y el PRD vuelvan a ser relevantes en la entidad.

HABLEMOS del PRI, ese dinosaurio político que, tras dominar Cozumel durante más de cuatro décadas, se encuentra en la incredulidad total ante dos derrotas consecutivas propinadas por Morena. Imagínense la desolación del priista Pedro Joaquín al ver cómo sus 17 mil 25 votos no fueron suficientes frente a los 20 mil 525 de José Luis Chacón. La escena debe ser digna de una tragicomedia: el PRI, otrora todopoderoso, ahora reducido a un suspiro nostálgico del pasado.

Y NO podemos olvidar al PRD, ese otro partido que decidió impugnar todo lo que pudiera, aunque irónicamente ya perdió su registro a nivel nacional debido a la escasa votación obtenida. Ah, pero la esperanza es lo último que muere, ¿verdad? Sin alianzas, en Felipe Carrillo Puerto lograron superar a Morena con 15 mil 274 votos contra 13 mil 149. No obstante, la suma de Morena con el Partido Verde y el PT les arrebató el triunfo, dejando al PRD con un amargo sabor de derrota. La situación es tan desesperada que uno puede imaginar a los perredistas colgándose de un madero flotante en medio de un mar político turbulento, luchando por no hundirse del todo.

CUAL SÍSIFO moderno, el Tribunal Electoral ha empezado a desestimar estas impugnaciones una por una. Tan sólo ayer, tres de ellas fracasaron en su intento por revertir los resultados al carecer del mínimo sustento jurídico; una de ellas de plano fue desechada por ser presentada de manera extemporánea por el Movimiento Ciudadano. Un ejemplo de lo que ocurre cuando la desesperación se mezcla con la incompetencia: ni siquiera pudieron cumplir con los plazos establecidos. ¡Patético! Los magistrados deben estar disfrutando este desfile de excentricidades.

LOS ELECTORES de Quintana Roo son ahora testigos de un espectáculo tragicómico donde los partidos tradicionales, incapaces de aceptar su nueva realidad, patalean y lloriquean en un intento fútil por cambiar lo irreversible. Mientras tanto, Morena sigue su marcha triunfal, dejando a sus adversarios revolcándose en la polvareda de su propio fracaso. En este drama electoral, queda claro que los viejos titanes políticos han perdido no sólo las elecciones, sino también la dignidad.

LA VERDAD es que la diferencia de votos es tan aplastante que estas impugnaciones son meros gestos de desesperación. Pataletas y llantos de los partidos derrotados son sólo eso: ruidos de fondo en la sinfonía del cambio político que arrasa con el viejo orden, un recordatorio de que en la política, como en la vida, sólo sobreviven los que saben adaptarse y avanzar. ¿Oyeron, PRI y PRD? ¡La historia no espera por los que se quedan atrás!

@Nido_DeViboras