Por KUKULKÁN
EL CUENTO de hadas que Mary Hernández prometió a Felipe Carrillo Puerto hace tres años se está convirtiendo rápidamente en una tragicomedia que ni el más creativo de los guionistas podría haber imaginado. La alcaldesa, que llegó al poder envuelta en un aura de esperanza y promesas de transformación, parece haber caído en la tentación de los lujos y el despilfarro, dejando a un lado los principios de austeridad que tanto pregona la Cuarta Transformación. ¿Qué pasó con aquella mujer ‘humilde’ que decía representar al pueblo? Parece que quedó sepultada bajo las capas de ropa de diseñador y las llaves de autos de lujo.
RECORDEMOS cómo llegó al poder Mary Hernández: en 2021, bajo la bandera de la coalición “Juntos Hacemos Historia”, la alcaldesa obtuvo un 56% de los votos, una victoria que se sentía como un soplo de aire fresco en medio del desastre dejado por su antecesor, José Esquivel “Chacmex”, ahora en arresto domiciliario por corrupción. Pero en política, los números son tan volátiles como las promesas electorales, y el 2024 no le fue tan benevolente a nuestra protagonista. Su margen de victoria se desplomó a una triste diferencia de 3,559 votos, apenas la mitad de los que la separaron de su contrincante hace tres años.
EL DESCONTENTO popular no es ningún misterio: mientras los ciudadanos de Felipe Carrillo Puerto siguen luchando por llegar a fin de mes, su alcaldesa se pasea en vehículos que pocos pueden permitirse siquiera soñar. Es irónico cómo la historia de la alcaldesa parece ser un reflejo perverso de las tantas novelas que cuentan el ascenso y caída de personajes que se pierden en las mieles del poder. Mary Hernández, quien en un principio parecía ser la encarnación de la justicia social, ha terminado por desilusionar a aquellos que pusieron su fe en ella. Las calles susurran lo que ya es un grito ensordecedor: la gente está harta.
HARTA de la incongruencia entre el discurso de austeridad y la realidad de una vida de opulencia. Harta de que sus líderes políticos se conviertan en las mismas élites que prometieron derribar. Pero el cuento no termina aquí. Mientras Mary Hernández se hunde en su propio fango de impopularidad, otro personaje ha ganado terreno en el imaginario colectivo de Felipe Carrillo Puerto: José María “Chema” Chacón. El diputado local, de origen indígena y con una conexión genuina con la gente, ha demostrado que se puede hacer política desde la cercanía y la empatía, no desde la frivolidad.
CON UN RESPALDO impresionante del 59.19% en las recientes elecciones, “Chema” Chacón ha dejado claro que en la política, a veces lo auténtico vence a lo artificioso. El contraste entre ambos personajes no podría ser más marcado. Mientras la alcaldesa lucha por mantener un respaldo cada vez más escaso, “Chema” se alza como la esperanza de un pueblo que aún cree en la posibilidad de un cambio real. Su victoria abrumadora es un golpe a la oposición y, a la vez, un recordatorio de lo que sucede cuando se escucha al pueblo en lugar de ignorarlo. Mary Hernández, sin embargo, parece no haber recibido el memo de su rotunda caída.
LEJOS de reflexionar sobre su desplome en popularidad, sigue aferrada a su narrativa de victimización, esa que justifica con la infantil frase: “¡SOPORTEN!”. Pero los ciudadanos de Felipe Carrillo Puerto no están dispuestos a soportar más. La paciencia tiene un límite, y ese límite ya se ha cruzado. Así que, mientras ‘Doña’ Mary se aferra a sus lujos y a una popularidad que se desmorona, la verdadera historia se escribe con los nombres de aquellos que, como “Chema” Chacón, han sabido mantenerse fieles a sus principios. Al final, tanto en la política como en la vida, la autenticidad y la integridad siempre encontrarán su camino, dejando atrás a quienes se pierden en el espejismo del poder y el dinero.
