NIDO DE VÍBORAS

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Por KUKULKÁN

A LA OPOSICIÓN en México le está pasando lo que a todo cadáver político: empieza a oler. Tras la aprobación de la polémica Reforma Judicial, con 86 votos a favor y apenas 41 en contra, los que alguna vez se erigieron como defensores del “bien común” hoy parecen un grupo perdido, desbordado y, francamente, inservible. La “gran amenaza” de linchar a los traidores que se sumaron a la votación a favor de la reforma judicial se quedará en una buena intención. Porque, ¿cómo podrían lincharlos si abundan?

LOS LEGISLADORES que se “atrevieron” a votar a favor del proyecto presidencial, esa bestia negra que la oposición no ha podido domar, están, para sorpresa de nadie, emergiendo de sus propias filas. Desde panistas en Oaxaca hasta perredistas confundidos en la Ciudad de México, los disidentes son tantos que hasta les quedaría corto el comité de expulsión del partido. Al paso que van, en lugar de linchar traidores, van a terminar quedándose sin militantes, ni siquiera para repartir volantes en el 2025.

EN CRISIS desde hace tiempo, la oposición muestra señales evidentes de que su caída es tan inevitable como su ineptitud para comunicar un proyecto alternativo. Sus líderes siguen viviendo en su burbuja, subestimando al electorado con aires de superioridad, creyendo que el “pueblo” es un rebaño de ignorantes que no entiende nada de lo que sucede a su alrededor. Y mientras tanto, la popularidad de López Obrador sigue subiendo, elevándose como un globo aerostático impulsado por el combustible que los mismos opositores le proporcionan.

EL VOTO de 86 senadores fue suficiente para dar luz verde a la Reforma Judicial, y lo hicieron sin que la oposición lograra siquiera alcanzar las 43 firmas necesarias para impugnarla ante la Suprema Corte. Marko Cortés, líder nacional del PAN y su eterno perdedor, debe estar mirando las nubes desde la ventana, pensando en dónde está su error. Bueno, Marko, si necesitas un espejo, te recordamos que llevas años siendo el emblema de la derrota. Desde que llegaste al PAN, no ganaste ni una sola batalla electoral. Ni una. Hasta los gobernadores que tenías a tu favor, como Carlos Joaquín en Quintana Roo y Mauricio Vila en Yucatán, terminaron entregando sus estados a Morena. Uno canjeó su puesto por una embajada en Canadá (¡bonito trueque, eh!) y el otro es hoy senador plurinominal bajo la desconfianza de Cortés.

LA CEREZA en este pastel de calamidades es Miguel Ángel Yunes Linares, quien podría haber sido el salvador del PAN en esta crucial votación, pero optó por apoyar la reforma judicial, dándole la espalda a su propio partido. Mientras tanto, Daniel Barrada, el senador de Movimiento Ciudadano, prefirió no asistir y dejar correr la versión de que lo habían secuestrado. Sí, leyó bien: secuestrado. Y, para cuando el drama ya se había calmado, aclaró que simplemente tenía que atender un problema familiar con su padre. El teatro se cayó rápido, dejando a la oposición sin más que una bolsa vacía de excusas.

CON MORENA gobernando 24 de los 32 estados del país, no se necesita ser vidente para ver que la oposición está jugando a ser el hermano menor al que nadie hace caso. Los nubarrones encima del PAN, PRI, y MC son cada vez más oscuros, mientras López Obrador se despide con una sonrisa. A tan solo dos semanas de dejar su cargo, su aprobación sigue subiendo como la espuma, y ni la más ingeniosa campaña opositora ha logrado abollar siquiera su figura.

EL FUTURO de la oposición parece estar sellado en este juego de poder en el que, cada vez que se levantan, se dan un tiro en el pie. El mapa electoral de México, con su predominio morenista, los ha dejado casi sin espacio para maniobrar. Sin líderes, sin ideas, sin un proyecto coherente que ofrezca algo más que odio a la 4T, la oposición se va quedando sin voz y, peor aún, sin futuro. Y mientras tanto, desde el Nido de Víboras, los vemos con un dejo de nostalgia, porque ¿qué vamos a criticar cuando ya ni ellos se den cuenta de su propia irrelevancia?

@Nido_DeViboras