La “ama de casa” Sheinbaum
Haidé Serrano
Que tengamos a la primera mujer presidenta de México es también la oportunidad para ver en escaparate el machismo. Para aquellas personas que creen que se ha avanzado “demasiado” y que ya las mujeres tienen todos los derechos, les invito a mirar más de cerca las numerosas denostaciones hacia la investidura de la Doctora Claudia Sheinbaum.
El actor Rafael Inclán opinó que en los próximos seis años estaremos gobernados por una “ama de casa”. El juicio en el tribunal mediático no se hizo esperar y el comediante tuvo que retractarse. Argumentó que no quiso ofender, porque lo que él hace es comedia. Sin embargo, esta excusa es vana para ofensas machistas; como ya el propio Franco Escamilla lo pudo experimentar recientemente.
En este sistema patriarcal, el ser “ama de casa” ha sido un trabajo sin valor, invisible y que ha sido asignado exclusivamente a las mujeres. Un trabajo despreciado que, además, las mujeres han desempeñado sin remuneración alguna. Que Rafael Inclán llamara así a la presidenta Sheinbaum tuvo la intención de insultarla, ni más ni menos. Y no debe ser pasado por alto. Porque no seguiremos tolerando esa violencia machista en ninguna de sus expresiones.
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La Dra. Sheinbaum respondió sobre ello así: “El llamarle a alguien ama de casa, pues parece que la estás disminuyendo. ¿Y qué fue lo que yo dije? No, las amas de casa, ya quisiera yo que cualquiera hiciera el trabajo de una ama de casa. Todo el trabajo que significa mantener el hogar y además en particular las amas de casa que no trabajan fuera del hogar, pues no tienen autonomía económica. Entonces dependen del marido o de la pareja para que les dé algo de recurso para poder tener algo para ellas. Históricamente las mujeres nos hemos encargado de ese trabajo, por eso lo que dije es: las amas de casa merecen nuestro cariño, nuestro respeto, nuestro reconocimiento”.
Pero esta no ha sido la única ofensa. También se han referido a la primera mandataria como “Presirvienta”, expresión que fusiona las palabras presidenta y sirvienta. Las trabajadoras del hogar han sido llamadas durante muchos años en México como “sirvientas”, expresión que también es usada para agraviar a una persona, refiriéndose a ella como alguien de menor importancia.
El trabajo del hogar es un trabajo digno, que ya es reconocido en la ley, pero que aún no tiene el valor en nuestra cultura machista. Por eso, cuando las personas machistas quieren ofender usan esas expresiones, refiriéndose a las tareas del hogar y de cuidados que hemos desempeñado las mujeres. Como si criar a las hijas, hijos e hijes fuera indigno. Como si cuidar de la familia fuera una tarea despectiva. Como si hacer tareas del hogar no fuera responsabilidad no sólo de las mujeres sino de todas las personas que habitan el hogar.
En este sexenio también los machistas aprovecharán para exigirles a las mujeres que gobiernan lo que nunca les demandaron a los hombres; y pedirán cuentas para demostrar que las mujeres no pueden gobernar.
Pero también es una nueva época y una oportunidad para todas, todos y todes como sociedad, para erradicar el machismo que nos atraviesa y lastima.
@HaideSerrano es maestra en Género, Derecho y Proceso Penal y licenciada en Ciencias de la Comunicación. Dirige y conduce Feminismos en Corto sin Tanto Rollo. Es autora del libro “Mujeres líderes en la pandemia”. Columnista en Luces del Siglo y Milenio. Conductora de Luces del Siglo El Podcast. Consejera del Consejo Coordinador de Mujeres Empresarias de Quintana Roo.