- Daniel Madariaga Barrilado, experto en sostenibilidad y turismo, subrayó la trascendencia de estas acciones y el impacto positivo.
STAFF / LUCES DEL SIGLO
CIUDAD DE MÉXICO.- El subsector pesquero es uno de los que presenta proyecciones de desarrollo más favorables gracias a la adopción de nuevas técnicas sostenibles basadas en la ciencia y tecnología, y al potencial tanto de la pesca como de la acuicultura, reconoce el especialista Daniel Madariaga Barrilado.
Mientras la pesca implica la captura de peces u otras especies acuáticas en su hábitat natural, es decir, en condiciones no controladas. En tanto, la acuicultura se refiere a la crianza de organismos acuáticos bajo condiciones controladas y gestionadas, lo que permite un manejo más preciso de los recursos.
La principal diferencia entre la pesca y la acuicultura radica en el control que tiene el ser humano sobre el medio ambiente de los recursos acuáticos. La acuicultura es considerada una transición entre la pesca y la agricultura.
- Acusa Sheinbaum atropellos de Uriel Carmona
- Exige Sheinbaum a EU que combata a cárteles en su territorio
- Deporta Trump a casi 11 mil migrantes en 16 días
En este contexto, Baja California se ha posicionado como protagonista en la implementación de esta práctica en México. En 2024 recibió el Premio a la Pesca y Acuicultura Sustentables gracias a los proyectos y programas de comunidades locales. Este reconocimiento convierte a la región en un referente mundial en prácticas responsables que protegen el medio ambiente y favorecen el desarrollo social.
Al respecto, Daniel Madariaga Barrilado, experto en sostenibilidad y turismo, subrayó la trascendencia de estas acciones y el impacto positivo que la práctica ha representado tanto para el entorno ambiental como para las comunidades.
“La acuicultura sustentable es la solución que buscamos para equilibrar la producción alimentaria con la conservación de nuestros recursos marinos.
“Esta actividad tiene un peso importante en la economía local por lo que se debe impulsar desde una perspectiva sostenible e inclusiva”, indicó.
En México, el sector pesquero acuícola produce alrededor de 2 millones de toneladas de productos marinos anualmente, con un valor económico que supera los 22,400 millones de pesos. Este sector es esencial para el sustento de miles de familias, por lo que las prácticas sostenibles son fundamentales para asegurar un equilibrio entre producción y conservación ambiental.
Los principios de la acuicultura sustentable buscan garantizar un futuro viable por medio de la minimización del impacto ambiental, el uso eficiente de recursos, optimizando el consumo de agua y energía, el bienestar animal asegurando condiciones adecuadas para las especies cultivadas, fomentando la inclusión social, a través de empleos dignos y beneficios económicos para las comunidades locales.
INNOVACIONES QUE TRANSFORMAN LA ACUICULTURA EN BAJA CALIFORNIA
Como parte de esta estrategia, Baja California ha implementado diversas innovaciones para revolucionar la acuicultura, marcando el camino hacia prácticas más sostenibles.
Ejemplo de ello son los Sistemas de Recirculación Acuícola (RAS), que destacan por su capacidad de reutilizar el agua, lo que contribuye significativamente a la disminución de gasto del líquido vital.
Por su parte, la acuaponía ha emergido como un modelo eficiente que combina la acuicultura con la hidroponía, maximizando el uso de recursos, generando sinergias entre ambas prácticas.
Mientras que, los avances en genética biotecnología están mejorando la resistencia de las especies cultivadas, lo que reduce la dependencia de tratamientos químicos y promueve un entorno más saludable tanto para los organismos acuáticos como para el ecosistema en general.
El objetivo de estas acciones es optimizar la producción y fortalecer el compromiso de la entidad con la sostenibilidad ambiental.
Daniel Madariaga Barrilado señala que apostar por la innovación en la acuicultura es crucial para construir un sistema alimentario más resiliente. “Las técnicas sostenibles no son solo una opción, son una necesidad para preservar nuestro entorno y mejorar la calidad de vida de las comunidades productoras, que, a su vez, han marcado una hoja de ruta sostenible para la economía local y en actividades como el turismo”, puntualizó.