- ‘Queremos que las mujeres se adueñen de la bicicleta, que se sientan fuertes en la ruta y en la vida’, comparte María José Mezquita Meléndez, mente y corazón detrás de la asociación.
STAFF/ LUCES DEL SIGLO
CHETUMAL, Q. ROO- Mahahual ya se despereza al ritmo de cadenas tensas, llantas gruesas y almas listas para pedalear entre selva y Caribe. El próximo 1 de junio, este rincón sureño de Quintana Roo se convertirá en pista de resistencia, aventura y sororidad con el III Reto “Fridas en Bici”, una carrera que no solo desafía los kilómetros, sino que también acelera el pulso del turismo deportivo en la región.
Como en toda buena competencia, el terreno es parte del rival: 40 y 60 kilómetros de pura costa, entre caminos de arena compacta, sombra selvática y paisajes que harían bajar la guardia hasta al más enfocado de los ciclistas. Pero no se equivoque, aquí se viene a rodar con causa. No hay autos, solo piernas, voluntad y una comunidad que se vuelca para acompañar a las 300 pedalistas que llegarán desde 19 estados del país.
La largada está pactada en el faro de Mahahual. A las 7:00 am en punto, comenzará el desfile multicolor. La ruta corta —de 40 kilómetros— seguirá la costera en un ir y venir entre playa y selva. La ruta larga, en cambio, será el verdadero test de resistencia: 60 kilómetros hasta parajes con nombres de postal —El Indio, El Encanto y El Placer— con puntos de hidratación milimétricamente colocados en los kilómetros 20, 30, 47 y en la meta. Porque aquí se compite, pero también se cuida.
María José Mezquita Meléndez, la mente y corazón detrás de la asociación “Fridas en Bici”, lo explica claro: “Queremos que las mujeres se adueñen de la bicicleta, que se sientan fuertes en la ruta y en la vida. Y que esa fuerza sirva para llevar movilidad a donde hace falta: con lo recaudado compramos bicis para niños de comunidades que no tienen cómo llegar a la escuela”.
Pero el Reto Fridas en Bici ya no es solo pedaleo. Es espectáculo, es comunidad, es economía. Lizbeth Pérez, del comité organizador, lo resume con precisión: “Es el segundo año que participamos con empresas que empiezan a asentarse en Mahahual. Esto no es solo un evento deportivo; es un motor de desarrollo para el sur de Quintana Roo”.
Y no lo dice en vano: más de 20 empresas patrocinan la justa, desde la gigante Royal Caribbean hasta hoteles boutique como Luna de Plata y Machos Mahahual. Dependencias estatales, municipales, cuerpos de seguridad y jóvenes voluntarios del EMSaD Bachilleres y el Centro Comunitario Wayak también se suman a la logística. Una verdadera contrarreloj de colaboración.
José Canul Tun, director municipal de Deportes, ve el evento como una inversión en dos ruedas: “El turismo deportivo activa todo. Hoteles llenos, restaurantes a tope, tiendas, transporte, recuerdos… Esperamos una ocupación total este fin de semana y un beneficio directo para la comunidad local”.
El banderazo simbólico, sin embargo, se da un día antes, el 31 de mayo. Mahahual se vestirá de fiesta con actividades culturales en su parque central: música regional, muestra gastronómica, talleres de artesanía y la esperada entrega de kits, que incluyen brazalete, número, playera oficial y medalla conmemorativa. Porque aquí, cada ciclista es una heroína con historia.
“Mahahual no solo es sol y playa; es cultura, naturaleza y deporte”, recalca Mezquita Meléndez. Y tiene razón. Aquí, el ciclismo no es solo una competencia, es una forma de narrar el territorio. Cada pedalazo será una declaración: de fuerza, de unidad, de compromiso con una comunidad que apuesta por el turismo con sentido.
Y así, mientras el sol apenas asome el domingo, Mahahual estará listo. Con sus calles llenas de energía, sus senderos marcados y sus habitantes atentos, animando a las Fridas que, con cada giro de rueda, le demuestran al sur que se puede rodar más lejos cuando se hace en conjunto. Porque esta no es solo una carrera: es una travesía con corazón.