Sergio León Cervantes
Este 1 de junio, México votó… o mejor dicho, dejó de votar. La participación ciudadana fue raquítica —menos del 8% según cifras preliminares— en una elección que definió magistraturas y consejerías clave del Poder Judicial, cargos con duración de hasta 12 años. Lo que parecía una contienda menor, en realidad oculta una de las batallas más estratégicas del siglo: el dominio sobre la Constitución.
La designación de candidatos no fue un ejercicio democrático, sino una jugada política orquestada desde el corazón del poder. Con Morena controlando 23 de 32 entidades, la presidencia, el Senado y la Cámara de Diputados, se abre la puerta a reformas constitucionales sin contrapesos. Pero aún más grave: quien controle al Poder Judicial podrá legitimar o frenar esa transformación.
Ricardo Monreal, aún con influencia en el Senado, y el presidente saliente operan tras bambalinas, mientras Claudia Sheinbaum parece tener menos control real del país que sus predecesores. La abstención ciudadana no es protesta, es cesión del futuro.
Hoy, México no solo se juega su presidencia. Se juega la permanencia de su división de poderes. Y si la justicia es rehén del poder político, ya no se trata de quién gana… sino de quién puede cambiar las reglas del juego. Y ese, es el verdadero peligro.
¡Hasta la próxima semana, con nuevos retos y oportunidades!
Sin miedo a la cima, que el éxito ya lo tenemos.
X: @Oigres14 | IG: @sergioleoncervantes | Email: sergioleon@sergioleon.mx