- El caso Star Médica se suma a una lista creciente de proyectos que enfrentan procedimientos por omitir estudios de impacto ambiental, como ocurrió recientemente con desarrollos en Lomas de Angelópolis y La Cima.
STAFF / LUCES DEL SIGLO
PUEBLA, PUE.- La clausura de las obras del hospital Star Médica en Angelópolis no es un caso aislado, sino un nuevo capítulo en la disputa entre el desarrollo inmobiliario y la preservación ambiental en Puebla.
El cierre, ordenado por la Secretaría de Medio Ambiente estatal por carecer de autorización en materia de impacto ambiental, pone en evidencia los vacíos de control en torno a los grandes proyectos urbanos que avanzan sobre zonas ecológicas protegidas como la Reserva Atlixcáyotl.
La construcción de las torres hospitalarias sobre Avenida Osa Mayor fue suspendida conforme al artículo 38, fracción XIV, de la Ley de Protección al Medio Ambiente Natural del estado, tras detectarse irregularidades durante una inspección realizada por personal de la Dirección General de Inspección y Vigilancia.
Según información oficial, se investigan también posibles violaciones en materia de contaminación, manejo de residuos y normativa urbana.
La Reserva Atlixcáyotl, donde se ubica el proyecto, ha sido blanco de presiones inmobiliarias durante los últimos años, con fraccionamientos, centros comerciales y desarrollos verticales que han fragmentado su ecosistema original. Ambientalistas y urbanistas han advertido sobre los riesgos de este modelo de expansión que prioriza el crecimiento económico sobre la protección del entorno.
La construcción de un hospital privado de gran escala, sin permisos ambientales, avivó aún más el debate.
Vecinos de la zona también han manifestado su preocupación ante el acelerado deterioro ambiental y la congestión urbana. Denuncian que este tipo de obras suelen avanzar con opacidad y sin consulta ciudadana, a pesar de estar ubicadas en zonas de alto valor ecológico.
El caso Star Médica se suma a una lista creciente de proyectos que enfrentan procedimientos por omitir estudios de impacto ambiental, como ocurrió recientemente con desarrollos en Lomas de Angelópolis y La Cima.
Hasta el momento, la empresa detrás del hospital no ha ofrecido una postura pública. La Secretaría de Medio Ambiente ha reiterado que mantendrá las inspecciones sobre obras que operen al margen de la legalidad, como parte de una estrategia para recuperar el orden en el desarrollo urbano de la ciudad.
Este episodio vuelve a poner sobre la mesa una pregunta urgente: ¿quién pone los límites al crecimiento urbano cuando las reservas ecológicas se convierten en terreno de negocio? En Puebla, la tensión entre salud, desarrollo y medio ambiente sigue sin resolverse.