- Bertoldo Pantaleón Estrada, párroco de la iglesia San Cristóbal en la comunidad de Mezcala, del municipio de Eduardo Neri de Guerrero fue hallado sin vida con un tiro en la cabeza dentro de su camioneta.
STAFF / LUCES DEL SIGLO
CHILPANCINGO, GRO.- Bertoldo Pantaleón Estrada, párroco de la iglesia San Cristóbal en la comunidad de Mezcala, del municipio de Eduardo Neri de Guerrero, acudió el pasado sábado 4 de octubre a la localidad de Atzcala a oficiar una misa. Dos días después fue hallado sin vida con un tiro en la cabeza dentro de su camioneta.
De acuerdo a la versión de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, después de que Bertoldo ofició la homilía, desapareció, por lo que al día siguiente se reportó el hecho. El lunes 6 de octubre, el párroco fue hallado muerto con una herida de bala en la cabeza al interior de la camioneta Toyota blanca, que estaba abandonada en una brecha a unos metros de la carretera federal Iguala-Chilpancingo entre las comunidades de Platanillo y Milpillas.
Las autoridades responsabilizan del homicidio al presunto chofer del sacerdote, que fue detenido el pasado viernes, de nombre Miguel Ángel “N”, aunque en la comunidad de Mezcala se afirma que el cura no contaba con un conductor que lo transportara.
Con el caso de Bertoldo Pantaleón Estrada suman seis sacerdotes ejecutados en Guerrero en los últimos 21 años.
En enero de 2004, en el crucero de Maxela, en la carretera federal Iguala-Chilpancingo fue encontrado muerto a balazos el cura Marco Antonio Crispín Flores de 35 años de edad.
Marco Antonio, quien tenía bajo su responsabilidad la parroquia en la comunidad de Cacalotenango del municipio de Taxco de Alarcón, fue encontrado con dos balazos en la cabeza.
Años más tarde, el 13 de junio del 2009, el párroco Habacuc Hernández Benítez de 36 años y los seminaristas Eduardo Oregón Benítez y Silvestre González fueron asesinados a balazos cuando viajaban sobre la carretera Ciudad Altamirano-Arcelia en la región de la Tierra Caliente.
De acuerdo con la prensa local, un vehículo abordado con hombres armados se les emparejó para luego atacarlos sobre esa vía cuando se dirigían a una reunión sacerdotal en Arcelia.
Durante 2014, otros dos sacerdotes fueron asesinados a balazos.
El primero de ese año fue el sacerdote John Ssenyondo, de origen ugandés, quien fue privado de su libertad por un grupo de hombres armados cuando salía de la iglesia de la Colonia Santa Cruz, en Chilapa.
Los restos óseos de John Ssenyondo, quien tenía bajo su responsabilidad la parroquia en la comunidad de Nejapa, también en Chilapa, fueron encontrados en una fosa clandestina en un cerro de la localidad de Ocotitlán, del municipio de Chilapa, el 29 de octubre del 2014.
Los restos del sacerdote fueron hallados junto con otras 13 osamentas de personas que estaban reportadas como desaparecidas en Chilapa y Zitlala.
De acuerdo con los datos proporcionados por la diócesis Chilpancingo-Chilapa entonces, a un grupo del crimen organizado le habría incomodado que el sacerdote John Ssenyondo instara en sus misas a que sus feligreses denunciaran la inseguridad que prevalecía en Chilapa.
La madrugada del 21 de septiembre del 2014 el sacerdote Gregorio López Gorostieta fue privado por hombres armados que irrumpieron en el seminario de La Asunción, en Ciudad Altamirano y se lo llevaron.
Meses después, el 25 de diciembre, el cadáver de Gregorio López fue encontrado muerto con un balazo en la cabeza.
En el 2018, los sacerdotes Iván Añorve Jaimes y Germaín Muñiz García, de 37 y 39 años de edad respectivamente, fueron asesinados en un ataque a balazos cuando viajaban en una camioneta en la carretera Pilcaya-Taxco de Alarcón.
De acuerdo a la versión de las autoridades, los párrocos fueron asesinados a mano de sicarios de la Familia Michoacana que los confundieron con sus enemigos.
En este ataque armado también resultaron heridos de bala una mujer de 25 años y un hombre de 27 años de edad.
En Guerrero operan distintos grupos criminales como La Familia Michoacana, el Cártel Jalisco Nueva Generación, Los Ardillos, Los Tlacos y Los Viagras, entre otros; por lo que la creencia más recurrente es que los sacerdotes en su andar por las comunidades son confundidos, amenazados y hasta extorsionados.
Omar García Hartfuch comentó hace unos días en la conferencia mañanera que la hipótesis principal en el último caso era que el sacerdote habría sido asesinado por su chofer dentro del vehículo. Sin embargo, el estatus del caso es que aún no se ha cerrado, ni establecido con certeza el móvil o si existe un autor intelectual.
Con información de Agencia AR.