- Antes de ser asesinado, el líder limonero, Bernardo Bravo, promovió una ley antiextorsión, una anticoyotaje y establecer un límite de tres días por semana para el corte de limón en Michoacán.
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MONTERREY, NL.- Una ley antiextorsión, una anticoyotaje y establecer un límite de tres días por semana para el corte de limón en Michoacán fue lo que Bernardo Bravo, líder de los citricultores de Apatzingán que fue asesinado, promovió este año.
La Confederación Nacional de Propietarios Rurales señaló que la ejecución de Bravo fue una “consecuencia directa de un sistema que margina al productor y castiga a quien se atreve a reclamar dignidad”.
Y es que el crimen organizado cobra de 2 a 4 pesos por kilo de limón a cortadores, productores y empacadores de Michoacán, según revelaron fuentes del sector a Grupo REFORMA en abril, problemática que, afirman, continúa.
Tras denuncias de Bravo, así como de la Concanaco y la Coparmex, en julio la Presidenta Claudia Sheinbaum prometió que la extorsión se perseguirá de oficio.
Adicionalmente, las empacadoras y procesadoras de limón están presionando a los productores a bajar sus precios a través de intermediarios, conocidos como “coyotes”, como denunció Bravo, lo que generaría márgenes de hasta 500 por ciento entre los precios al productor y al consumidor, según estimaciones de Grupo Consultor de Mercados Agrícolas.
Bravo, presidente de la Asociación de Citricultores del Valle de Apatzingán (ACVA), también intentó organizar a los limoneros michoacanos de modo que sólo corten limón los lunes, miércoles y viernes, a fin de equilibrar la oferta y frenar la caída de los precios.
En uno de sus últimos pronunciamientos públicos, el pasado jueves exigió a las autoridades acciones inmediatas en favor de los agricultores y no sólo “pronunciamientos de solidaridad”.