- Los últimos dos años y medio para María José Cuevas todo giró en torno a Juan Gabriel hasta llegar a obsesionarse con él.
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MONTERREY, NL.- Los últimos dos años y medio para María José Cuevas todo giró en torno a Juan Gabriel hasta llegar a obsesionarse con él.
La directora de Juan Gabriel: Debo, Puedo y Quiero, de Netflix, pasó largas jornadas escudriñando más de 2 mil cintas en formatos Super 8, VHS y Beta, para lo que inicialmente sería una película y terminó siendo una docuserie de cuatro capítulos con una duración de cuatro horas en total, que desde su estreno el 30 de octubre ha mantenido su presencia en el top 10 en al menos 14 países.
“Todo lo de Juan Gabriel fue tan intenso, de verdad. Yo estuve trabajando de lunes a domingo sin parar. Me obsesioné con el proyecto y me metí de lleno. Creo que ahorita sí necesito un descanso”, expresó la cineasta que ha destacado por su sensibilidad en el cine documental.
Aunque la promoción de Netflix ya terminó, María José aceptó inaugurar Hacer Cine, organizado por Conarte, que inicia hoy y concluye el viernes 28 de noviembre en la Cineteca Nuevo León Alejandra Rangel Hinojosa.
En el encuentro de cine, Cuevas sostendrá un Conversatorio para compartir el viaje fílmico que piloteó para hacer posible Debo, Puedo y Quiero. La cita es a las 17:15 horas.
La cineasta se inmiscuyó en lo más íntimo de la vida de Alberto Aguilera Valadez a través de los cientos de videos caseros que él mismo grabó, material fotográfico, cartas, canciones y recortes de revistas y periódicos que el cantante archivó por más de 40 años.
Además tuvo acceso a la bodega donde María de la Paz Arcaras guardó videos inéditos del artista, de quien fue manager por casi 20 años.
“Fue una experiencia increíble. El proceso de esta serie es muy especial y único. Es muy raro trabajar un documental que esté construido cien por ciento con los archivos que el mismo protagonista dejó. Cuando me invitaron a hacer el documental de Juan Gabriel me emocioné mucho, pero después dije ‘¡híjole! pues ya no está vivo ¿cómo lograr hacer un documental que tenga ese corazón y esa alma? si ya no voy a tener la oportunidad de pasar tiempo con él”.
“Pero lo estaba conociendo a través del material que él dejó porque no hay nada más honesto que un video casero, que en este caso nos hizo acercamos y conocer al personaje. Yo solo de ver un casete ya sabía si Juan Gabriel estaba de buen humor, mal humor o coqueto”.
Detrás del trabajo comandado por la directora del documental Bellas de Noche, tuvo el respaldo incondicional de las productoras Laura Woldenberg e Ivonne Gutiérrez, además de un amplio equipo de curadores que digitalizaron todo el material disponible.
“Yo como directora dije ‘tengo que ver todo’, de estarlo revisando me he de haber tardado dos meses. Lo primordial era entender el legado que nos deja Juan Gabriel como artista y conocer a Alberto Aguilera”.
Con la familia del artista no hubo ningún estira y afloja sobre lo que se podía o no develar en la docuserie.
Más bien, agregó, fue un acto de confianza que Iván Aguilera, heredero universal de Juanga tuvo con ella y Netflix.
“Ellos (hijos) no se metieron nada en la edición ni en los cortes. Ellos vieron la serie antes de que se estrenara. Nunca hubo un lineamiento de su parte. Era muy importante conocer de dónde venía este personaje con esta soledad, el niño abandonado. Entre más conocíamos aspectos de su vida, más entendimos de dónde nacen todas sus canciones”.
A pesar de que tuvo la aprobación de Iván, Hans y Jean, hijos del originario de Parácuaro, Michoacán, ellos se habían negado a involucrarse en el proyecto.
“Muy al inicio, cuando arrancamos Iván no tenía el mínimo interés en salir, después, cuando revisamos el material y vimos que era muy bonito todo lo que teníamos de la infancia de los niños, nos volvimos a acercar con ellos para que fueran parte de las entrevistas”, agrega.
De todo el material al que tuvo acceso, la cineasta resume que en los videos caseros que grabó Juan Gabriel, los personajes que más se repitieron fueron sus hijos y su manager María de la Paz Arcaras.
“Se nota que estaba fascinado con esta cosa casera de grabar todo de sus hijos, desde que se les cayó el diente, los bautizos. Había muchísimos registros de los hijitos. María de la Paz fue otra de las personas que más se repetía, ahí entendimos que fue el personaje que estuvo con él desde 1973 hasta 1991, en la etapa de formación y crecimiento de Juan Gabriel”.
No puede negar que todavía hay mucho material que al público le gustaría descubrir de su ídolo, pero en definitiva no habrá una segunda parte de Debo, Quiero y Puedo.
“Nuestro documental termina con la muerte de Juan Gabriel y tratamos de cubrir los aspectos que nos hablen del personaje público y el personaje privado que fue Alberto Aguilera”, señaló Cuevas.




