- Bella, sexy, femenina, María León soltaba una grosería, un albur, un chiste subido de tono.
STAFF / AGENCIA REFORMA
CIUDAD DE MÉXICO.- Bella, sexy, femenina, María León soltaba una grosería, un albur, un chiste subido de tono.
Salía así su alter ego, “La Sargento”, un caparazón inventado por ella para protegerse de los hombres.
Para ella era más fácil “convertirse en uno de los chicos” antes que ellos entendieran y respetaran su feminidad, sensibilidad, vulnerabilidad y edad.
“Sentía que esa equidad llegaba cuando ponía a ‘La Sargento’ enfrente. Fue como una defensa y una forma de tratar de no herir a María, así que siempre salía con un chiste, un albur, alguna grosería o un comentario de disciplina”, dice la cantante, en entrevista.
Con el paso de los años, su madurez ha aflorado. Es una figura segura de sí misma, que ha logrado lo mismo brillar en escenarios teatrales o en programas de televisión como Juego de Voces.
“La Sargento” le está dando permiso a María para resolver las cosas. En los dos últimos años aprendió a poner límites para alejarse de los lugares donde la tratan mal.
Y buena parte de ello ha sido gracias a su talento y esfuerzo para especializarse en diversas disciplinas, para combatir las injusticias de género y el machismo aún vigente en la sociedad.
“De pronto sucede esa injusticia y uno se acostumbra como mujer. Entonces tratas de volverte indispensable porque sabes que si te duermes en tus laureles, de pronto va a haber un momento en que vas a tener menos trabajo, en que vas a poder lograr menos cosas.
“Eso siempre lo he sentido y pensado, y lo tengo comprobado, pero la preparación a mí me ha dado muchísimas posibilidades”, sostiene la intérprete de 39 años.
Al ser además bailarina, actriz y “comediante de clóset”, León está dispuesta a seguir aprendiendo hasta que la vida se lo permita, porque gracias a ello se ha conocido mejor, evita las injusticias, ahora es valiente, toma riesgos y hasta cobra mejor.
León se tituló como Licenciada en Artes Escénicas por la Universidad de Guadalajara, y con esfuerzo y disciplina se ha entregado en cuerpo y alma a su carrera.
Ha pasado por varias etapas, desde formar parte del grupo femenino T de Tila y ser la vocalista de Playa Limbo, donde cobró visibilidad gracias a sus composiciones “El Eco de tu Voz” y “El Tiempo de Ti”. Luego, emprendió su camino en solitario en 2016.
La resiliencia ha sido su bandera de vida, ya que cuando era pequeña sufrió bullying por tener unos kilos de más y por un problema ortopédico (rodilla en X); pero gracias a su mamá aprendió a cuidar su salud mental y a tener el arte como un resguardo.
“De muy chiquita empecé a cantar canciones sobre el bullying y a escribir mis historias. Viví momentos bien difíciles porque era una niña muy gordita, lloraba muchísimo, a veces no quería ir a la escuela, me cambiaba 15 veces, me costó mucho trabajo, pero mi mamá siempre me dijo que yo tenía una misión especial y que no era como todas las personas”, recuerda.
León encontró en la danza su lugar especial. No importaba que sus maestras de ballet le dieran papeles de pingüino o ratona, ella soñaba con interpretar a Sandy en Vaselina, algo que años más tarde logró bajo la producción de Alejandro Gou.
Para mostrar su diversidad de disciplinas, León ha participado en reality shows como Bailando por un Sueño, Pequeños Gigantes y La Voz Kids México 4.
Recientemente, en Juego de Voces pudo expresar su admiración a Emmanuel, redescubrirse a través de las canciones y recibir la visita de sus padres, quienes viven en Guadalajara.
Luego de que su papá públicamente le dijera: “eres una chingona”, León agradece todos los valores que le inculcaron, así como el esfuerzo que hicieron para pagarle a ella y a su hermana la educación con clases de canto, danza y guitarra.
“Todo lo que he logrado ha sido por las herramientas que me han dado ellos bajo los valores que me enseñaron. Cuando salgo al mundo y estoy lejos de casa, cada vez que regreso a casa de mis papás, con mucho gusto y orgullo los veo a los ojos.
“Con esa gratitud y ese sentido de pertenencia a la familia que me permite ir, crecer y volver al nido, si está uno lastimadito, para regresar a la cueva a sanar”.
