- La Suprema Corte de Justicia de la Nación resolvió finalmente uno de los expedientes más controvertidos sobre la reforma judicial local: el caso Veracruz.
FELIPE VILLA
CIUDAD DE MÉXICO.- Con el calendario marcando la urgencia del plazo legal y no necesariamente el ritmo de la justicia, la Suprema Corte de Justicia de la Nación resolvió finalmente uno de los expedientes más controvertidos sobre la reforma judicial local: el caso Veracruz.
El pasado 3 de junio, el Pleno de la Corte abordó la Acción de Inconstitucionalidad 13/2025, promovida por el partido Movimiento Ciudadano, que cuestionaba los Decretos 227 y 228. Ambos modificaron la Constitución de Veracruz en materia del Poder Judicial, y desde su publicación en diciembre de 2024 y enero de 2025, levantaron una oleada de críticas por su forma y fondo.
Pese a los señalamientos sobre posibles vicios legislativos, omisión de consultas a comunidades indígenas y riesgos a la independencia judicial, la SCJN desestimó todos los argumentos. Ni el retiro forzoso de jueces al cumplir 70 años, ni el condicionamiento de su haber de retiro, ni la posibilidad de remoción discrecional fueron considerados violatorios de la Carta Magna.
El Pleno avaló también que el Congreso local o la Diputación Permanente puedan otorgar licencias mayores a un mes a integrantes del Poder Judicial, replicando lo dispuesto por la Constitución federal. Según los ministros, esto no implica subordinación ni colisión con el principio de separación de poderes.
Uno de los puntos más delicados fue la validación del artículo 62, que dio origen al Tribunal de Disciplina Judicial local. Aunque su diseño prevé que sus resoluciones sean “definitivas e inatacables”, la Corte matizó que ello no impide promover un juicio de amparo, ni autoriza a dicho tribunal a invadir funciones jurisdiccionales.
En un fallo que parece responder más a la prisa procesal que a la deliberación profunda, la Suprema Corte dio por zanjado el caso, legitimando una reforma que sigue dividiendo opiniones entre juristas, actores políticos y sociedad civil.
En tiempos donde la justicia se mezcla con los calendarios políticos, el Poder Judicial vuelve a demostrar que el tiempo, más que la razón, puede ser su principal juez.