El “Martillo” hipócrita de Medianoche

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Por KUKULKÁN

DICEN los gringos que no están en guerra con Irán. No, claro que no. Sólo mandaron bombarderos furtivos a media madrugada, cruzaron cielos ajenos como si fueran suyos, y reventaron tres instalaciones nucleares iraníes. Pero no, no es guerra. Es sólo una “campaña quirúrgica”. O como diría un cirujano estadounidense: abrir con bisturí, pero sin anestesia ni consentimiento.

LA OPERACIÓN “Martillo de Medianoche” suena más a película de acción de los ochenta que a diplomacia internacional, pero eso es justo lo que Estados Unidos está vendiendo: una acción heroica para salvar al mundo. ¿Salvarlo de qué? Ah, pues de Irán… el país que cometió el imperdonable pecado de atreverse a defenderse luego de ser agredido. Porque si Israel lanza misiles primero, eso es legítima defensa. Pero si Irán responde, entonces es terrorismo. Lógica Made in USA.

Y AHÍ LO TIENEN: Marco Rubio y JD Vance, repitiendo como loros entrenados que no hay guerra, que no buscan un cambio de régimen, que esto es por la paz. ¡Por la paz, carajo! Porque nada es tan “pacificador” como bombardear instalaciones nucleares en la oscuridad de la noche. ¿No es hermoso el doble rasero estadounidense?

RUBIO, con la frescura de quien nunca ha pisado un campo de batalla, asegura que Irán tiene suficiente uranio para fabricar nueve o diez bombas nucleares. “Pero no queremos guerra”, insiste, mientras amenaza con el fin del régimen iraní. ¿Ven la sutileza? No quieren guerra, pero si Irán insiste en no arrodillarse, van a pulverizarlo. ¡Todo muy diplomático!

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Y COMO cereza en este pastel radiactivo, el propio Rubio afirma que muchos países que condenan públicamente la operación, en privado aplauden la decisión. Traducción: “Tranquilos, en el club de los poderosos, todos estamos de acuerdo, aunque de dientes para afuera se hagan los ofendidos.” Hipocresía internacional en su máximo esplendor.

PERO lo mejor (o lo peor, según se vea) es que el presidente Trump, sí, el mismo del muro y los tuits incendiarios, fue quien autorizó el bombardeo. Porque al parecer, la política exterior de Estados Unidos se decide a las tres de la mañana, entre una hamburguesa y un berrinche presidencial. Todo muy institucional.

Y MIENTRAS tanto, Irán está ahí, expuesto, señalado, demonizado… por atreverse a defenderse. Por no quedarse quieto mientras lo atacan. Por no seguir el guion que en Washington escribieron desde hace décadas: el de enemigo eterno, útil para justificar presupuestos militares, bases en Medio Oriente y un largo etcétera de intereses geopolíticos.

CLARO, eso sí: todo es por la seguridad del mundo. Porque según Rubio y compañía, “el mundo es más seguro hoy que hace 24 horas”. Seguro para ellos, desde sus oficinas alfombradas. Para el resto del planeta, lo único seguro es que una chispa más en esa región podría encender una hoguera global.

Y ASÍ SEGUIMOS, viendo cómo los de siempre juegan al bombero pirómano: incendian con una mano y apagan con discursos desde Fox News con la otra. Y el resto, a comerse la versión oficial. Si algo sabe hacer Estados Unidos, además de exportar guerras, es exportar narrativas. Pero tranquilos, no es guerra. Es sólo un “martillazo de paz”.

@Nido_DeViboras

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