- Hijo de padre mexicano y madre estadounidense, Amat Escalante pasó su vida entre ambos países, lo que lo hizo sensible a los contrastes entre ambos y éstos han marcado su cine.
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MORELIA, Michoacán.- Hijo de padre mexicano y madre estadounidense, Amat Escalante pasó su vida entre ambos países, lo que lo hizo sensible a los contrastes entre ambos y éstos han marcado su cine.
Hace 20 años el director estrenó Sangre, su primer largometraje, tejido alrededor de un hombre y sus rutinas en pareja, las cuales se ven trastocadas cuando su hija de un matrimonio previo vuelve a su vida y pide tener un lugar.
Desde entonces ha presentado historias relacionadas con la violencia, como Heli (2013), La Región Salvaje (2016) y Perdidos en la Noche (2023), que, cree, son la continuación directa de aquello que lo inquietaba desde su juventud.
“Sangre y mis otras películas también reflejan ese intercambio que hay entre estos dos países, tan fuertes los dos, con tanta vida, con tantas contradicciones y con tanto de todo. Sangre es muestra de una forma muy personal, íntima en una pareja”, detalló el cineasta, en entrevista en el Festival Internacional de Cine de Morelia.
“Pero lo que me interesaba era entender y mostrar cómo el consumismo y la vida que vende el capitalismo, cómo eso afecta nuestro entorno muy personal, íntimo, sin que nos demos cuenta. Hoy en día México y el mundo se ha globalizado de una forma que en Sangre estaba en proceso”, agregó.
Heli, por ejemplo, muestra cómo las armas apuntan a una familia, donde decisiones personales involucran al ejército y a narcotraficantes.
Incluso entonces el realizador estaba más bien interesado en el sentimiento de inseguridad en un núcleo y cómo eso está trastocado por el sistema.
“¿Cómo retrasar eso? Pues en una familia mostrando las dinámicas, mostrando los cambios en esa familia, aún ahí manteniendo íntimo, pero retratando una cuestión social grande”, mencionó.
El guanajuatense, premiado en Cannes, actualmente elabora un guion para una producción estadounidense, basada en una novela de terror, en la que está involucrada la productora de Ari Aster Square Peg.
Si bien afirmó que tiene interés en trabajar en el extranjero, el realizador de 46 años remarcó que donde encuentra más inspiración es en México, ya que ve en la actualidad una relación muy turbulenta con el país de su madre.
“Estamos viviendo cambios fuertes por estar al lado de Estados Unidos. El mundo entero está cambiando medio violentamente y estando al lado va a haber consecuencias. Lo que está sucediendo allá tiene mucho que ver con México.
“Están atacando, denigrando y violentando mucho a muchos mexicanos, pero no sólo mexicanos, también a sudamericanos. Van a ser consecuencias no en términos de venganza, pero el mundo va a cambiar fuertemente para México en estos próximos cuatro años”, auguró.
Ha sido fiel a varias convicciones de sus inicios, como colaborar principalmente con actores naturales en lugar de nombres consolidados, con la certeza de que eso dota de veracidad sus proyectos.
La gran excepción a esa regla de elenco no escrita fue en su película más reciente, Perdidos en la Noche.
El director respeta sus búsquedas iniciales, por lo que restauró Sangre, cinta muy difícil de encontrar, por lo que se encontraba satisfecho de presentar anoche una función especial en el FICM.