- Trump también concedió una prórroga que permite a los fabricantes de automóviles en su país reducir los aranceles que pagan sobre las autopartes importadas.
STAFF / AGENCIA REFORMA
WASHINGTON, EU.- El Presidente Trump oficializó ayer con la firma de una proclamación su anunciado arancel del 25% a la importación en EU de camiones medianos y pesados, y de 10% a los autobuses, a partir del 1 de noviembre.
En el caso de México, por ser parte del T-MEC, la Casa Blanca precisó que el arancel sólo se aplicará al valor del contenido no estadounidense del vehículo.
Para las unidades que no califican para el trato arancelario preferencial del Tratado, el arancel se aplicará al valor total del camión.
De esta manera México salió medianamente librado del nuevo impuesto, dada la alta integración regional, y en particular Nuevo León que es fabricante de tractocamiones y en donde la sueca Volvo está desarrollando una planta con una inversión de 700 millones de dólares.
Trump también concedió una prórroga de cinco años para un acuerdo que permite a los fabricantes de automóviles en su país reducir los aranceles que pagan sobre las autopartes importadas.
Anteriormente, se había programado que esta disposición expirara en dos años.

Bajo esta medida, los fabricantes que producen y venden automóviles terminados en EU pueden reclamar una compensación de hasta el 3.75% del valor de los vehículos fabricados en Estados Unidos.
Se preveía que la compensación se reduciría en el 2026 a 2.5% y se eliminaría en el 2027.
La prórroga de cinco años se produjo tras meses de presión por parte de fabricantes de automóviles, como Ford Motor y General Motors, para obtener un alivio de los aranceles del Presidente Donald Trump.
Los fabricantes de automóviles en EU se enfrentan a mayores costos debido a los gravámenes que Trump ha impuesto a las importaciones de piezas y materiales, como el acero y el aluminio.
El director ejecutivo de Ford, Jim Farley, ha declarado que el acuerdo comercial entre EU y Japón ofrece a competidores como Toyota una ventaja de miles de dólares por vehículo sobre los modelos fabricados en la Unión Americana, considerando los menores costos en el país asiático.
Ese acuerdo redujo los aranceles de EU a las importaciones de automóviles japoneses del 27.5% al 15.0%.