Sergio León Cervantes
Tulum atraviesa una resaca económica profunda. Según DataTur, la ocupación hotelera pasó de 68 % en 2022 a apenas 49 % en 2025. Los vuelos bajaron 17 % y el consumo promedio por turista cayó 22 %. La burbuja del turismo electrónico —caro, desordenado y vulnerable al narcomenudeo— dejó una marca: inseguridad, inflación inmobiliaria y una reputación que se desmorona.
Pero los destinos no mueren: se reinventan.
Y Tulum tiene una oportunidad de oro si deja de vender fiesta y comienza a vender cultura, identidad y pertenencia. La propuesta: lanzar el “90’s Rock Tour – Tulum Edition”, un festival anual de nostalgia musical y rebranding territorial. No es un concierto, es un modelo económico: mezcla de turismo, inversión y orgullo generacional.
El público objetivo —entre 35 y 55 años— viaja con pareja o amigos, gasta tres veces más que el turista de rave y busca experiencias seguras, auténticas y memorables. Cada visitante de un festival de esta escala deja entre $15,000 y $25,000 pesos en boletos, hospedaje y consumo local. Con 25 mil asistentes, la derrama superaría los $500 millones de pesos por edición y reactivaría más de 2 mil empleos directos.
El calendario ideal no sería 2026 —ya imposible logísticamente— sino abril y noviembre de 2027, cuando el nuevo aeropuerto y el Tren Maya operen a plena capacidad y exista infraestructura vial y hotelera renovada. El proyecto requiere 18 meses de preparación divididos así:
- Planeación y permisos (2025): recinto modular, licencias ambientales, protocolo de seguridad.
- Alianzas y contratos (2026): artistas ancla (Caifanes, El Tri, Molotov), promotores y fideicomiso transparente público-privado.
- Marketing y preventa (2026-2027): narrativa de renacimiento cultural, paquetes fly-fest-stay y programa inmobiliario “Rock-to-Residence”.
- Primera edición (abril 2027): Tulum vuelve a sonar… pero con otro ritmo.
El beneficio excede lo financiero. Un evento así reposiciona la marca “Tulum” frente al mundo: pasa del turismo de excesos al turismo de experiencias con identidad mexicana y poder adquisitivo real. Cambia ruido por música, caos por organización, consumo por inversión.
Tulum puede renacer si aprende a seducir con inteligencia, a vender con verdad y a reconstruir su historia con arte. El rock no sólo puede llenar hoteles: puede volver a llenar de orgullo a Quintana Roo.
¡Hasta la próxima semana, con nuevos retos y oportunidades!
Sin miedo a la cima, que el éxito ya lo tenemos.
X: @Oigres14 | IG: @sergioleoncervantes | Email: sergioleon@sergioleon.mx