POR KUKULKÁN
DE CONTINUAR firme la ley del péndulo que ha regido las sucesiones de gobernador durante los 45 años que lleva de fundado el estado de Quintana Roo (un sexenio para la clase política de Chetumal, otro para la de Cozumel, y viceversa), la aritmética y el sentido común nos dicen que el próximo mandatario debería ser un chetumaleño.
ANTE el avasallamiento y acaparamiento de los cozumeleños que rompieron las reglas para dejar fuera de la silla gubernamental a los chetumaleños durante tres sexenios consecutivos, el marcador hasta el momento es de cinco gobernadores de las poderosas familias de Cozumel contra tres de las respectivas de Chetumal.
EL PRIMER gobernador fue el chetumaleño Jesús Martínez Ross (1975-1981), de ahí el poder pasó al cozumeleño Pedro Joaquín Coldwel (1981-1987), en tercer lugar, repitió un cozumeleño, Miguel Borge Martín (1987-1993), para después regresar al chetumaleño Mario Villanueva Madrid (1993-1999) y empatar el marcador al designar al chetumaleño Joaquín Hendricks Díaz (1999-2005).
LOS ODIOS entre chetumaleños y cozumeleños se exacerbaron cuando la silla de la gubernatura fue ocupada por Félix González Canto (2005-2011), originario de la Isla de las Golondrinas, quien tenía bien estudiada la psicología nativista de la clase política de Chetumal a la que le dio lo que reclamaban: “puestos principales del gabinete”.
PERO NINGÚN solo puesto para los chetumaleños dentro de la estructura administrativa del gobierno encargada del manejo de los recursos públicos, todas esas direcciones y organismos fueron controlados por cozumeleños.
Y SI ALGUIEN sabía para qué sirve el dinero en la práctica política fue el gobernador Félix, hasta ahora el único que ha designado a su sucesor, Roberto Borge Angulo (2011-2016), además de imponer un minimaximato de once años durante los cuales se dedicaron al saqueo de las arcas públicas para dejar una enorme deuda pública de casi 20 mil millones de pesos y convertir amplias extensiones de terrenos públicos en negocios privados.
PARA que la cuña apriete debe ser del mismo palo, reza el dicho mexicano, y así lo demostró el cozumeleño Carlos Joaquín González (2016-2022) al descarrilar las pretensiones felixistas de extenderse otros seis años en el poder estatal con la postulación del derrotado priista Mauricio Góngora Escalante, otro títere de González Canto que, al igual que Borge, pisó la cárcel y todavía enfrenta procesos penales en prisión domiciliaria y un rastreador digital.
DE ACUERDO con la tradición de la clase política toca a un chetumaleño ocupar la silla estatal y ante la búsqueda de cuadros y personalidades capaces de diluir los odios y aglutinar a chetumaleños y cozumeleños, las simpatías se inclinan hacia el actual secretario de Gobierno, Arturo Contreras Castillo, en quien la clase política estatal tiene depositada toda su confianza para impedir el paso al club de amigos del Partido Verde que ya se ven gobernando en Chetumal a partir de 2022. Hay Toro…