NIDO DE VÍBORAS

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POR KUKULKÁN

LA OPOSICIÓN en Quintana Roo no da señales de vida para emprender la batalla por la sucesión del gobierno estatal programada para junio entrante y lo que se percibe es que los diferentes partidos políticos, de manera individual o en alianza, ni siquiera cuentan con algún candidato competitivo que le vaya a representar un peligro electoral a Morena, al que no sólo le siguen favoreciendo las tendencias de la intención del voto sino que le sobran aspirantes, mujeres y hombres, para conquistar el triunfo de forma arrolladora.

ATRÁS quedaron los tiempos en que el Partido Revolucionario Institucional —que gobernó el estado durante 45 años ininterrumpidos— era el semillero de políticos locales por antonomasia y la maquinaria más efectiva para ganar elecciones hasta hace cinco años que, por un desprendimiento de los grupos internos, sucumbió ante la alianza del Partido Acción Nacional y del Partido de la Revolución Democrático que acogió al ex priista Carlos Joaquín González para conquistar el poder. 

LA SITUACIÓN es tan crítica que ni aunque se pusieran de acuerdo para formar una gran alianza opositora, estos tres partidos no le harían mella a cualquiera de los cinco precandidatos —a la vista hasta ahora— de entre los cuales Morena deberá tomar la decisión a principios del año entrante: Rafael Marín Mollinedo, Mara Lezama Espinoza, Marybel Villegas Canché, José Luis Pech Várguez y Luis Alegre Salazar, en ese orden y peso específico dentro de la escala de afectos del Gran Elector, el presidente Andrés Manuel López Obrador.

PERO el verdadero problema de la oposición no está en los posibles candidatos, que los hay y muy buenos, tanto mujeres como hombres, sino en la falta de credibilidad de los partidos y su pobreza de ofertas ante un electorado que decidió castigarlos con su voto en contra por el mal desempeño de sus gobiernos, más dedicados a saquear las arcas públicas y a sumir en la pobreza al grueso de la población. Los máximos referentes de estas atrocidades son encarnados por los dos últimos gobernadores priístas, Félix González Canto y Roberto Borge Angulo, el primero más pillo que el segundo quien con la cárcel está pagando los excesos de ambos.

ENTRE los aspirantes de la oposición que cuentan con un perfil político aceptable figura el chetumaleño Arturo Contreras Castillo, secretario del Gobierno estatal. Cuenta con el apoyo de los diferentes grupos del PRI, con la confianza del empresariado nacional y extranjero como garante de la seguridad jurídica de la inversión privada y hasta con el consentimiento del gobernador en turno, pero desafortunadamente —dicen sus propios paisanos— le hace falta lo más importante: creérsela que puede ganar y empezar por romper el corset de la institucionalidad que no le permite ni respirar. 

OTRA política que cuenta con el perfil para dar la gran batalla, es la aguerrida panista Alicia Ricalde Magaña, ex presidenta municipal de Isla Mujeres y actual directora de la Administración Portuaria Integral de Quintana Roo. Mujer mesurada y también muy institucional, sabedora de que “el que se mueve no sale en la foto”, quien desafortunadamente no tiene cabida en la actual dirigencia nacional de su partido, conducido por el joven inexperto Marko Cortés Mendoza que parece inclinarse más por la senadora Mayuli Martínez Simón, una aspirante declarada que lo único que tiene garantizado es la derrota.

EL PRD ni siquiera cuenta electoralmente en el estado, sería nada más de relleno y como quien dice para echarle montón a los guindas. Si en verdad el PRI y el PAN desean dar la lucha, requieren una refundación a fondo, sacudir fuertemente sus estructuras para que los frutos podridos caigan por el peso de la gravedad, como prueba de que realmente quieren ser diferentes. De lo contrario no habrá futuro para ellos. Es imposible aceptar, por ejemplo, que un personaje como Félix González —el máximo referente de la corrupción estatal— siga influyendo en las decisiones de los diferentes partidos políticos gracias a la enorme fortuna que amasó y que le facilita a su cinismo seguir abriendo puertas.

@Nido_DeViboras