- El agua es un recurso crítico, altamente vulnerable, con muchísima presión social, que se cree es renovable, pero sólo el 0.01% es potable,
IGNACIO CALVA
CANCÚN, Q. ROO.- En el servicio de agua potable y saneamiento se puede introducir la economía circular, un nuevo modelo que busca cambiar la forma en que se producen y consumen los bienes.
Así lo señaló Christine McCoy, investigadora del Departamento de Economía y Negocios de la Universidad del Caribe (Unicaribe), durante el Segundo Foro del Agua y Medio Ambiente, “Una Sola Tierra”.
Explicó que actualmente se vive en un modelo de economía lineal, donde el bien o servicio se obtiene de las materias primas.
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En este caso el agua pasa por un proceso de producción, se adquiere el bien, se consume y se desecha generando muchos residuos, que no son sometidos a algún tratamiento de reciclaje.
El reto, dijo, es una transformación sociocultural: cambiar la manera de pensar, replanteando modelos de gobernanza, normativa sobre cómo regular el uso del agua y cómo se paga, incentivos financieros para quien sí paga, quién ahorra y usa agua de lluvia.
McCoy indicó que el agua es un recurso crítico, altamente vulnerable, con muchísima presión social, que se cree es renovable, pero sólo el 0.01 por ciento en el mundo es potable y se está contaminando, lo cual quiere decir que año tras año se va reduciendo.
En la economía circular, señaló, el uso sustituye al consumo, pensando en regenerar, restaurar y recuperar.
Aplicándolo al aprovechamiento del agua: reducir y ser más eficientes en el uso, pensar cómo se está utilizando, evitar la contaminación, preservar los afluentes de ríos subterráneos, cenotes, ríos, etcétera.
Mantener los recursos en uso. Disminuir y maximizar el uso de energía, así como de la extracción del agua, usar agua tratada y depurada. Implementar medidas que den el mismo resultado sin utilizar tanta agua.
Mencionó que algunos ejemplos de cómo implementar la economía circular en la vida diaria es evitar lavar prendas tan seguido, como pantalones de mezclilla; usar agua tratada para el riego, o bien, reutilizar el agua del ciclo de enjuague, que sólo tiene suavizante, para lavar la siguiente carga de ropa, como hacen algunos hoteles.
Durante el foro se dio a conocer que 884 millones de personas en el mundo no tienen acceso al agua potable; 36 por ciento de la población mundial vive en regiones con escasez del vital líquido, es decir, unos 2 mil 400 millones de personas, cifra que se estima aumentará a 54 por ciento en el año 2050.
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