Por SALVADOR RAMOS BUSTAMANTE
Buen discurso en la toma de protesta de la gobernadora Mara Lezama.
Quien lo elaboró, señaló con precisión el agotamiento y degradación de la clase política que gobernó Quintana Roo.
Corrupción, enriquecimiento ilícito a la sombra del poder, vinculación con el narcotráfico, simulación, violación a los derechos humanos, impresionante desigualdad social, sobre explotación de miles de trabajadores, injusticia laboral y ausencia de Democracia sindical, concentración de la riqueza en una minoría local y transnacional.
Abandono de las comunidades Mayas, de los campesinos y de las colonias populares.
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Promesas de cambio radical y de gobernar, acordé a los tiempos de la cuarta transformación.
Buenas intenciones —habrá que estar atentos de todos sus movimientos—, declaraciones y acciones de gobierno.
Lamentablemente, su pasado como presidenta municipal de Benito Juárez no acredita absolutamente nada relacionado con sus propósitos anunciados en su toma de posesión.
Acusada por actos de corrupción, pendiente la aclaración de la casa Blanca, rodeada de funcionarios cuestionados y sin ninguna acción que la identifique con la administración de AMLO.
Por ahora démosle el beneficio de la duda y la oportunidad histórica de demostrar, algo de lo que está prometiendo. Estaremos atentos.