- 2.5 kilómetros que corren paralelos a la línea fronteriza con Estados Unidos, está bajo asedio de narcotraficantes, polleros, vendedores ambulantes y otros grupos.
VÍCTOR FUENTES / AGENCIA REFORMA
CIUDAD DE MÉXICO.- El corredor de exportación de Tijuana, 2.5 kilómetros que corren paralelos a la línea fronteriza con Estados Unidos, está bajo asedio de narcotraficantes, polleros, vendedores ambulantes y otros grupos, lo que ya provocó reclamos del Gobierno vecino.
Lo anterior advirtió, el pasado 3 de agosto, el Administrador de la Aduana de Tijuana, el Teniente Coronel retirado Fernando Martínez, según correos hackeados a la Sedena por Guacamaya.
Con 20 metros de ancho, el corredor anexo a la Aduana, tiene dos dueños: el Gobierno federal, por medio del Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales (Indaabin), es propietario de dos kilómetros, pero los otros 500 metros son de un particular que opera una nave industrial.
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Todos los días, entre 3 mil 500 y 4 mil vehículos de carga usan el corredor para pasar exportaciones a territorio estadounidense.
“El corredor de exportación carece de mantenimiento, vigilancia y seguridad, llevándose a cabo dentro del mismo, actos de tráfico de migrantes (aprovechan su nula vigilancia para saltar el muro; subirse a los camiones, ocultarse en la carga e ingresar a EU), posible contaminación de la mercancía con algún tipo de droga (colocan la droga en alguna parte del vehículo, sin que el conductor se percate), y vendedores ambulantes”, afirmó Martínez en un reporte a los mandos.
“Todo este descontrol provoca una serie de actividades que dañan la economía y provoca incertidumbre en los usuarios, y con ello, la observación a nuestro País por parte del Gobierno de Estados Unidos”, agregó.
Entre los afectados por el desorden, mencionó a las empresas Toyota, Samsung y Hyundai.
Además, el contrato de seguridad privada con la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM) venció en febrero y no se había renovado, por lo que 80 elementos de la Guardia Nacional estaban tratando de suplir a los privados y vigilar 25 hectáreas del recinto fiscal, más las cinco hectáreas del corredor.
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