- La violación de una estudiante en los baños del CCH Sur no es la única de este tipo en el plantel, pero sí la última que van a permitir alumnas.
DANA ESTRADA / AGENCIA REFORMA
CIUDAD DE MÉXICO.- La violación de una estudiante en los baños del CCH Sur no es la única de este tipo en el plantel, pero sí la última que van a permitir alumnas y familiares. Alrededor de 300 alumnas marcharon rumbo a Ciudad Universitaria para exigir justicia.
El punto de reunión fue la escuela, que ayer suspendió clases para reparar las aulas y el espacios dañados tras las quemas realizadas por grupos separatistas el viernes, también en protesta.
Dentro del contingente había pequeño grupo de madres que fueron en apoyo de la familia de la víctima. Y ahí estaba la madre de la joven agredida sexualmente apenas el lunes 17 de octubre.
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“Cuiden a nuestras hijas e hijos, que haya justicia, no puede ser que cada semana se viole a una niña dentro de las instalaciones de la UNAM”, exigió la mujer.
“Yo creía que esta institución era segura para mi hija y para todos, pero si la directora se encierra en su oficina y me contesta que no puede garantizar su propia seguridad, mucho menos la de mi hija y 12 mil alumnos. Así me lo dijo, y por eso y más, estudiantes han salido a marchar conmigo”.
También marchó Fabiola, tía de la estudiante.
“Nosotras al acercarnos a ellas nos han contado las situaciones que han vivido y, aunque es una razón lamentable, nos estamos apoyando y queremos que la UNAM abra los ojos y vea qué está pasando”, relató la mujer.
Cuando dicen que no se trata de un caso aislado refieren lo que ocurrió el 1 de septiembre, cuando una joven del turno vespertino fue víctima de intento de violación por alumnos del mismo plantel en el Edificio Z.
El ataque se denunció a la dirección y también ante la Fiscalía de la CDMX. A los alumnos señalados se les cambió de plantel, mientras que la víctima aún continúa con el proceso de justicia, sin que la escuela haya tomado medidas para prevenir estos actos.
Las estudiantes explicaron, por ejemplo, que no hay cámaras de seguridad o un protocolo que garantice su integridad.
“Marchamos porque ya estamos hartas”, comentó Emma, estudiante de primer semestre, “ya no podemos ir solas al baño por miedo y vamos en grupo. Todos estamos en esta escuela porque es un sueño de pertenecer a la UNAM pero ella nos está ignorando”.
La caminata tomó hora y media y fue un recorrido pacífico. Sin embargo, al pie de Rectoría, algunas jóvenes del Bloque Negro -creado en 2019 en el CCH Sur por víctimas de acoso y violencia-, hicieron pintas, rompieron vidrios y bajaron la Bandera monumental.
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