Feminismos En Corto Sin Tanto Rollo

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Las mujeres siguen llorando sin facturar1

Las mujeres seguimos llorando y sin facturar

Por Haidé Serrano

“Las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan” es una de las frases que destacó de la nueva canción de Shakira con Bizarrap. De entre los acuerdos, desacuerdos y diversas perspectivas que se han expresado, esta sobresalió. Y entiendo claramente porqué.

Si bien, esa expresión en voz de Shakira plantea la imagen de una mujer que ha dejado de ser, tal vez, una víctima del engaño para transformarse en una mujer “empoderada” que ahora ya no sufre, (porque) en lugar de eso, gana dinero; esta imagen está muy alejada de la realidad. Las mujeres seguimos llorando y sin facturar.

En México, estamos en una situación de desigualdad que nos impide facturar, como dice Shakira. La más reciente Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) indica que la tasa de población de las mujeres mexicanas ocupada es de 22.9 millones, mientras que la tasa masculina asciende a 34.5 millones; y la participación laboral no ha aumentado en los últimos 20 años, ha permanecido entre 40 y 45% en contraste con la tasa de participación laboral masculina que se ha mantenido por encima del 70%.

La desigualdad de género que enfrentamos las mujeres a la hora de “facturar” está creciendo ante la falta de políticas públicas que incidan en una inserción real de las mujeres en la fuerza laboral.

La violencia de género en contra de las mujeres es una de las razones por las que nuestra participación se ve frenada. Tanto la violencia en las calles, como al interior de los hogares o en el propio ámbito laboral. Las cifras oficiales más recientes de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) arrojan que siete de cada diez mujeres han sufrido algún tipo de violencia en su vida.

Otra explicación es la obligación que se ha endosado a las mujeres de cuidar de sus familias. Así, se genera la dependencia económica en la que millones de mujeres se encuentran y que limita su libertad. Al aceptar renunciar a su vida profesional, laboral, académica, etc., para cuidar de las hijas, hijos, hijas y pareja, en su mayoría, un hombre, se sitúan en la indefensión, convirtiéndose en víctimas de violencia económica, sin siquiera saberlo. Están impedidas por sus esposos a tomar decisiones financieras en la familia, no perciben ningún salario por la limpieza, tareas de educación, preparación de alimentos ni por el cuidado de sus familias, en las que en muchos casos hay personas enfermas y de la tercera edad. Y cuando toman la decisión de separarse, por la razón que sea, que la mayoría de las veces tiene su origen en la violencia, se dan cuenta de que no tienen un peso en el banco ni patrimonio alguno.

La violencia económica pasa entonces desapercibida porque no deja un rastro tan visible como la física, pero sus consecuencias y cifras son gravísimas: 13.4 millones de mexicanas la han padecido en algún momento de su vida, cerca del 30 por ciento.

Las mujeres seguimos llorando porque se nos sigue violentando, y no facturamos como cuenta el cuento de Shakira. Sin embargo, la cantante puso el tema en la mesa para que pudieran expresar opiniones a favor y en contra, para que se avance, por lo menos, en materia de visibilizar estos problemas que son estructurales y lastiman a la mitad del planeta.

Es vital que las mujeres identifiquen y erradiquen de su la vida violencia económica. Porque una mujer que factura, es una mujer más libre, más dueña de su vida y que tolerará menos violencias.

@HaideSerrano dirige y conduce Feminismos en Corto sin Tanto Rollo, una plataforma sobre feminismo, perspectiva de género, igualdad, derechos humanos y paz. Es autora del libro “Mujeres líderes en la pandemia”. Es licenciada en Comunicación y maestra en Género, Derecho y Proceso Penal.