Por KUKULKÁN
ESTÁ por cumplirse un año del gobierno de la Cuarta Transformación en Quintana Roo y también el tiempo suficiente como para evaluar el desempeño de los funcionarios del gabinete de la gobernadora Mara Lezama Espinosa a fin de determinar si continúan, o no, al frente del cargo que ostentan y lo que hasta ahora se observa desde la percepción ciudadana es que la mayoría ha quedado a deber, casi nadie los conoce ni por imagen en medios ni mucho menos por su trabajo.
SÓLO en las 15 secretarías que integra el primer círculo de gobierno se ha visto a pocos destacar por su trabajo, generalmente los asuntos de importancia los atiende directamente la titular del Poder Ejecutivo cuya omnipresencia los eclipsa. De ahí, el segundo peldaño lo ocupa la secretaria de Gobierno, Cristina Torres a quien se ha visto operar con eficacia los diferentes conflictos sociales en los once municipios, así como coordinar a los miembros del gabinete.
SE TRATA de una mujer política experimentada, que bajo la bandera del PAN gobernó satisfactoriamente el municipio de Solidaridad, cuya cabecera es Playa del Carmen, y fue una combativa diputada local. Proviene del pueblo, del liderazgo social, identificada con el equipo del ex gobernador Carlos Joaquín, Cristina se cortó a tiempo el cordón umbilical, decepcionada como muchos de los que creyeron en el ‘gobierno del cambio’. Supo olfatear la simulación y por convicción humanista se sumó al proyecto de la 4T.
AL INTERIOR del gabinete todos la respetan y reconocen su labor, tanto que hasta hay quienes por adelantado la comienzan a perfilar como la natural candidata a gobernadora en 2027, el resto de los secretarios no son figuras políticas, abundan los técnicos acotados a su profesión y encargo. En cada evento que atiende, Cristina le otorga todo el crédito a su jefa por tender los puentes de comunicación con el gobierno federal y regresar siempre cargada de proyectos e inversión en obra pública de gran impacto económico para el estado. La gobernadora le ha dado su confianza.
A PESAR de no ser política, la contralora Reyna Arceo Rosado es otra de las mujeres del gabinete estatal que destaca por su desempeño y de todas las confianzas de la gobernadora por su dedicación y larga trayectoria en asuntos de auditorías sobre el adecuado manejo del presupuesto público tanto a nivel municipal como estatal, es la encargada de que los funcionarios cumplan con la ley para no incurrir en actos de corrupción, así como de imponer sanciones a quienes la transgredan.
TAMBIÉN es muy respetada al interior del gabinete pues no sólo se ha hecho cargo de supervisar y calificar el proceso de entrega y recepción de la pasada administración, sino que ha venido atendiendo las diferentes auditorías federales que señalan observaciones en el manejo de recursos públicos durante la administración joaquinista, las cuales están siendo subsanadas para no afectar al nuevo gobierno. El resto de los funcionarios de primer nivel transita sin pena ni gloria, pero aun así hay varios que aspiran a convertirse en presidentes municipales o diputados locales el próximo año. Antes tendrán que demostrar que lo merecen.
