Dan en Trife un frío adiós a José Luis Vargas e Indalfer Infante

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Dan en Trife un frío adiós a José Luis Vargas e Indalfer Infante
  • La evidente división entre los integrantes de la Sala Superior del Tribunal Electoral federal (Trife) enmarcó la despedida del polémico magistrado José Luis Vargas.
ÉRIKA HERNÁNDEZ / AGENCIA REFORMA

CIUDAD DE MÉXICO.- La evidente división entre los integrantes de la Sala Superior del Tribunal Electoral federal (Trife) enmarcó la despedida del polémico magistrado José Luis Vargas y su compañero Indalfer Infante.

Sus homólogos Janine Otálora y Felipe de la Mata les hicieron el vacío, pues no asistieron a la última sesión de ambos jueces electorales, tras siete años en el encargo.

Sí acudió el presidente del Tribunal, Reyes Rodríguez, quien no habló para despedirlos. Tampoco Felipe Fuentes tomó la palabra.

La única que tomó el micrófono fue la magistrada Mónica Soto, aliada de Vargas, y quien expresó elogios para quienes dejaron la Sala Superior.

“No se inquieten, porque, como decía un ilustre personaje sudcaliforniano, don Pancho King: ‘mañana comienza la vida’”, soltó con un nudo en la garganta.

En su discurso, Vargas reconoció que desde su designación estuvo inmerso en la polémica, pues tan sólo su nombramiento motivó una negociación de seis horas. Sin embargo, justificó, fue porque no tenía lazos con partidos o actores políticos, lo cual representó, dijo, independencia e imparcialidad para algunos, pero riesgos para otros.

“(Esto) me permitió ejercer la función jurisdiccional sin ataduras políticas y concentrarme exclusivamente en los méritos del caso concreto, tomando en cuenta la ley y mi criterio como juzgador y la congruencia con mis precedentes”, aseguró el juzgador, a quien se le acusó de favorecer en sus sentencias a la 4T.

Varga acusó que las presiones se convirtieron en amenazas y en una guerra sucia contra él y su familia.

Esto, después de que, en 2020, la Unidad de Inteligencia Financiera lo denunció ante la Fiscalía General de la República por enriquecimiento ilícito por 36.5 millones de pesos, asunto del que fue exonerado un año después.

Lamentó que esa campaña aún sigue impune, pese a que él ha demostrado la licitud de sus recursos.

“’La verdad nos hará libres’, y yo agregaría, su infamia los perseguirá toda la vida”, lanzó a sus adversarios.

También tocó otro de los momentos álgidos: su destitución como presidente de la Sala Superior, en agosto de 2021, pues, argumentó, aunque tuvo errores y no logró generar unidad, lo que hicieron sus compañeros fue arbitrario.

“Deseo que en nuestra vida institucional, algo así de grave, no vuelva a repetirse. Deseo que los compañeros que se quedan encuentren la unidad que se necesita para hacer frente al proceso electoral 2024”, cerró.

Infante, quien salió de vacaciones desde hace un mes, argumentando que ya no tenía casos por resolver, regresó para despedirse.

“Llegué a esta Sala Superior sin prejuicios ni compromisos, con el pleno convencimiento de generar armonía y de construir con dedicación y esfuerzo la alta responsabilidad de garantizar los derechos político-electorales. Siento haber cumplido con dignidad dicha función”, dijo.

Al igual que Vargas, Infante confió en que exista unidad entre los magistrados que se quedan y los que podrían llegar.

“Les deseo que tengan siempre la paciencia, la prudencia y la imaginación para resolver con justicia todas y cada una de las controversias electorales que están por venir”, expresó.

Con una estatuilla de recuerdo y un aplauso de invitados especiales, entre ellos tres ministrados de la Suprema Corte y familiares, les dieron el adiós, en espera de que en el Senado se pongan de acuerdo para elegir a sus sucesores.

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