NIDO DE VÍBORAS

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Por KUKULKÁN

EL DEBATE generado por la reducción de las horas laborales se figura la pelea entre la serpiente y el ratón. Y es que en el inclemente mundo de la economía mexicana, la discusión sobre la reducción de la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales se ha convertido en un enfrentamiento de titanes. Por un lado, los empleadores rugen sus argumentos, mientras que los líderes sindicales preparan su veneno retórico. En este estira y afloja, los pequeños negocios se encuentran en el punto de mira, atrapados entre las fauces de las grandes corporaciones y las demandas laborales.

SOBRE la arena política, la lucha por la reducción de la jornada laboral se ha vuelto un verdadero espectáculo. Los sindicatos, ávidos de cambios que beneficien a los trabajadores, han desatado una tormenta de demandas para alcanzar este objetivo. Sin embargo, como en toda pelea de serpientes, las consecuencias pueden ser mortales, especialmente para los pequeños empresarios que luchan por sobrevivir en el salvaje mercado laboral.

CON RAZÓN o sin ella, los empleadores advierten que una reducción abrupta afectaría desproporcionadamente a las pequeñas y medianas empresas. En este combate desigual, las corporaciones gigantes, que emplean a miles, pueden soportar el golpe, pero los negocios más pequeños están al borde del colapso. ¿Quién ganará esta contienda? Las empresas locales y los puestos de trabajo que generan están en juego.

EL AS que guardan los empleadores bajo la manga es que, si bien por ley están impedidos en reducir los salarios de los trabajadores, sí pueden reducir otras prestaciones económicas no protegidas en el contrato colectivo de trabajo como comisiones, bonos, compensaciones o gratificaciones, lo que a ninguna de las partes conviene. Según el censo económico 2021 del INEGI, entre microempresas, pequeñas y medianas empresas en México operan en total 4 millones 764 mil 447 centros laborales que emplean a 18 millones 168 mil 037 trabajadores. Todo este universo sería impactado de aprobarse la llamada Ley de 40 horas laborales. AUNQUE desde el gobierno federal se han implementado acciones y reformas para mejorar la calidad de vida de la clase trabajadora —como el aumento al salario mínimo de 88.15 pesos en 2018 a 248.93 pesos para el próximo año, así como la ampliación de siete a 12 días de vacaciones al año—, el propio presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido muy cauteloso con el tema al considerar que no hay prisa, que los diputados deben tomar su tiempo para la reflexión y exposición antes de su aprobación.

SOLUCIÓN: quizás la respuesta esté en la moderación. Como en un juego de ajedrez, la reducción de la jornada laboral podría aplicarse gradualmente. Esto permitiría que las pequeñas empresas se adapten y eviten el abismo económico. Mientras tanto, las grandes corporaciones podrían contribuir a este proceso sin causar estragos en su maquinaria productiva.

EN ESTE estira y afloja de la política y la economía, la reducción de la jornada laboral en México es un tema ardiente. Pero, como en toda contienda, la clave es encontrar un equilibrio que no envenene la economía ni estrangule a los pequeños negocios. Quizás, en lugar de una mordida letal, lo que necesitamos es un ajuste gradual que asegure que todos puedan sobrevivir en este mundo laboral salvaje.

@Nido_DeViboras