NIDO DE VÍBORAS

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Por KUKULKÁN

EN UN ARREBATO de introspección cósmica y coordinación bilateral, el Grupo de Amistad México – República de la India, bajo la presidencia de la omnipresente diputada María Teresa Rosaura Ochoa Mejía de Movimiento Ciudadano, desplegó sus esterillas de yoga en la nada espiritual cancha de fútbol del Palacio Legislativo de San Lázaro. Ahí, donde la política suele jugar sucio, se intentó una limpieza de aura al más puro estilo de Bombay, cortesía del ilustre maestro de yoga Narendra Pahade.

ENTRE asanas y pranayamas, los diputados de distintos colores intentaron, con mayor o menor gracia, alcanzar el nirvana político. Un intento loable si consideramos que, según la Organización Mundial de la Salud, México lidera el ranking de estrés laboral mundial. ¿Qué mejor manera de enfrentar este alarmante título que con un poco de yoga importado directamente de India, bajo la mirada benévola del embajador Pankaj Sharma?

LA DIPUTADA Ochoa Mejía, en un acto de generosidad sin límites, agradeció a la embajada india por “estrechar lazos de amistad” a través de esta milenaria disciplina dirigida a obtener mayor eficacia en el dominio del cuerpo y la concentración anímica. No cabe duda de que la diplomacia a veces toma rutas místicas, fusionando la política con la espiritualidad en un cóctel que sólo podría ser más dulce si se sirviera en posición de loto.

PERO no todo es meditación y paz interior. La clase tuvo lugar en un contexto donde los índices de estrés no sólo son preocupantes, sino que han escalado de manera alarmante desde 2019. Y aquí nos preguntamos: ¿es esta clase de yoga un verdadero intento de mejorar el bienestar de nuestros legisladores o simplemente una justificación para estirar la agenda legislativa? Cualquiera que sea la respuesta, al pueblo ni quien le quite lo estresado.

RESULTA irónico que mientras se busca la armonía entre mente, cuerpo y espíritu, los engranajes del poder continúan girando, a veces más desalineados que un novato en su primera clase de Vrikshasana. ¿Podrá realmente el yoga aliviar la carga de aquellos que llevan sobre sus hombros las decisiones de una nación, o es sólo una pausa físico-mental en el incesante drama político?

ES DIFÍCIL saber si los diputados alcanzaron algún tipo de iluminación o si simplemente disfrutaron de un descanso de sus labores habituales. Aunque faltan semanas para celebrar el Día Internacional del Yoga, lo indudable es que nuestros legisladores tuvieron un momento de respiro, un interludio de calma en el tumultuoso océano de la política mexicana.

SIN EMBARGO, una vez que se enrollen las esterillas y se guarden los inciensos, la verdadera flexibilidad que necesitarán nuestros representantes no se encontrará en el perfecto alineamiento de sus chakras, sino en su capacidad para navegar las turbulentas aguas de la legislatura. ¿Serán capaces de mantener el equilibrio? Es pregunta sin alteración del sistema nervioso.

@Nido_DeViboras