Detectan negocio con motos robadas en CDMX

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  • En la Ciudad de México se ha disparado el robo de motocicletas desde el año 2018.
VIRIDIANA MARTÍNEZ / AGENCIA REFORMA

CIUDAD DE MÉXICO.- El robo de motocicletas y su venta por partes se ha vuelto un negocio altamente redituable ante el exponencial crecimiento en la adquisición de los vehículos y la falta de regulación, aseguró Alberto Carrillo, presidente de la ONG Motociclistas Unidos de la Ciudad de México.

Las ganancias por la venta en partes —en el mercado negro— de una moto robada ascienden a alrededor de tres veces más de lo que fue adquirida una vez hurtada, y las más sencillas suelen ser más robadas porque se venden más rápido, explicó.

Por ejemplo, por una Italika hurtada pagan mil 500 pesos y ese dinero es recuperado con la venta de tres piezas ya que cada una tiene un costo de 400 o 500 pesos y por una de mayor costo como Yamaha llegan a dar hasta 10 mil pesos.

Un regulador de voltaje para una motocicleta Suzuki R1000, por ejemplo, cuesta en la agencia 7 mil pesos y en el mercado negro se consigue en 3 mil 500. Las personas prefieren adquirir donde es más barato, señala el experto.

En caso de que no sean vendidas por partes, las motos de menor costo se llevan a otros estados donde saben que no serán rastreadas como robadas ni reguladas, refirió.

También son usadas para no dejar rastros en actividades delictivas: primero roban las unidades, cometen un delito con ellas por la facilidad para escapar y luego son desarmadas para vender sus piezas u ofrecidas fuera de la Ciudad de México, detalló Carrillo.

“Robarse una moto es un negocio redondo, si son motos que no sean Italikas, las refacciones son caras y las encuentras en redes, la moto enterita destazada, motor, asiento, amortiguadores y las autoridades no hacen nada, por eso a los del robo de autopartes les ha interesado mucho”, dijo.

Las estadísticas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional para la Seguridad Pública (SESNSP), ofrecen una idea del aumento del robo de esas unidades.

Para 2018 se reportaron 2 mil 263 carpetas de investigación por ese ilícito, y en 2019 creció a 2 mil 374. Con la pandemia el número se redujo a mil 896, en 2020, y en 2021, a mil 795.

En 2022, las cifras llegaron a mil 944 y para 2023 se presentó el número más alto con 2 mil 477. En el primer trimestre de este año ya van 641.

El alza en el robo de esos vehículos está relacionada con el crecimiento de adquisiciones. La ONG Motociclistas Unidos calcula que el parque vehicular de ese tipo creció en 500 por ciento en los últimos cinco años y en consecuencia los robos y accidentes viales.

Carrillo asegura que hay una cifra negra en denuncias porque gran parte de la población a la que le roban prefiere no abrir una carpeta de investigación porque no tiene la documentación para comprobar su propiedad.

Hay motos que han sido vendidas hasta diez veces sólo con una carta de factura porque quien la adquirió nunca terminó de pagar el crédito y por tanto no pueden denunciar, remarcó el especialista.

El problema es si alguien comete un ilícito con ella y está a su nombre o detienen a alguien que adquirió una moto y con ésta fue cometido un delito o tiene reporte de robo, por eso la importancia de la denuncia.

El gobierno capitalino desconoce cuántas motos circulan en la Ciudad de México debido a que muchas tienen multas más altas que el mismo costo de la moto. La ONG ha pedido condonar las deudas a cambio de que se den de alta con la autoridad.

En el caso del robo de automóviles la denuncia es más frecuente porque así se hace válido el seguro en caso de robo, pero en el de motocicletas no es un incentivo porque el 95 por ciento cuenta con un seguro que sólo cubre daños a terceros.

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