José Luis Carrillo
Para nadie es un secreto que el Partido Demócrata, en los Estados Unidos y el Partido Revolucionario Institucional, en México; han tenido más convergencias que divergencias en la historia de ambas naciones.
Y vaya que ahora también comparten un mismo problema, claro que toda proporción guardada.
Mientras que el Partido Demócrata se prepara para realizar en agosto la convención para ratificar al presidente Joe Biden como candidato presidencial; en medio de serias dudas sobre su competitividad electoral frente al Republicano Donald Trump; el PRI está a una semana de desarrollar la propia en la que Alejandro Moreno, busca perpetuarse en el cargo.
Ambos partidos políticos enfrentan el mismo dilema, ninguno de ellos está preparado para enfrentar a sus adversarios actuales y futuros, y los hechos mismos lo reconfirman.
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¡Además, ninguno de ellos quiere renunciar al cargo!
¡Pero los dirigentes y militantes de ambos partidos quieren que se vayan!
¡Qué tragedia griega!
El PRI, a poco tiempo de cumplir 100 años, se prepara para realizar su Asamblea Nacional el 7 de julio, en la que Moreno buscará, otra vez, tal como lo hizo el año pasado, “ampliar” su mandato, bajo el argumento de ser el “único” que puede enfrentar el “segundo piso” de la Cuarta Transformación, ahora con Claudia Sheinbaum Pardo, en la Presidencia de la República.
Sin embargo, los escasos triunfos contradicen al actual presidente del PRI, diputado federal y senador electo, ya que en contraparte con sus resultados electorales marginales, vaya que se ha vuelto inmerso en varios escándalos por supuestos desvíos de recursos durante su gestión como gobernador de Campeche y jerarca tricolor.
Colección de autos de lujo, entre ellos un clásico italiano Lamborghini, más de 15 bienes inmuebles, con costo superior a los 100 millones de pesos, son algunos “logros” obtenidos durante su paso por el Sector Público.
Grabaciones en los que muestra dispuesto a “negociar” favores políticos y financieros, son otras más de los supuestos “acuerdos” para obtener beneficio personal sobre el institucional; todo lo anterior ha circulado en medios de comunicación serios.
Pareciera que Moreno anda más ocupado en seguir habitando el edificio de Insurgentes Norte, violando sistemáticamente los estatutos que juró cumplir; que en defender y enaltecer el legado de Plutarco Elías Calles y cientos de mexicanos célebres.
Moreno enfrentará no solamente la embestida ,que tendrá en el Auditorio Plutarco Elías Calles por parte de los consejeros estatales, sino de priistas reconocidos por su liderazgo que forman parte del “Frente Amplio de Renovación Interna”, y buscan frenar de una vez por todas que se convierta en el “Porfirio Díaz” del PRI.
El colmo de “Alito” llegó hace unas semanas, cuando en una gira por la Comarca Lagunera, el presidente Andrés Manuel López Obrador, tuvo que salir en defensa de los gobernadores del PRI de Coahuila y Durango, ya que los asistentes al evento en Ciudad Lerdo; empezaron a abuchear a sus mandatarios estatales.
¿Y Moreno?
¡Ni pío dijo en defensa de los gobernadores del PRI!
¿Será acaso como dicen que el Diablo sabe a quién se le aparece?
En el 2021, el PRI con Moreno a la cabeza, solamente ganó una gubernatura de 15 que se disputaron; en el 2022, gana cuatro de seis, el año siguiente, gana una, de dos.
Y el presente año, gana solamente una de nueve, conviene recalcar que los triunfos obtenidos difícilmente se hubieran dado, sí el PRI NO hubiera ido en coalición con el Partido Acción Nacional, es decir, es altamente factible que el albiazul haya sido el gran perdedor en la todavía existente Coalición Va por México.
Con estos números, además de otros más realistas, “Alito” sigue sosteniendo que es:
¡El único en el PRI que puede enfrentar a Morena!
No se ría…
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