NIDO DE VÍBORAS

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Por KUKULKÁN

EN UN MOMENTO de celebración y ajetreo para nuestro querido estado, que está a punto de cumplir 50 años de fundación, tal parece que uno de los próceres más ilustres, Andrés Quintana Roo, se encuentra en el centro de una broma cósmica de “mejoramiento urbano y logístico” por parte de autoridades municipales y legislativas. ¿Cómo es posible que su figura histórica estorbe justo cuando la diversidad y dispersión social necesita más de símbolos de identidad? Vaya ironía que ni siquiera el artífice de la Constitución de 1824 podría haber imaginado.

LA AFRENTA pública empezó por Solidaridad, donde la administración de la alcaldesa panista Lili Campos Miranda decidió en junio de 2023 que la histórica Plaza Cívica 28 de Julio ya no era digna del insigne político y escritor independentista. De esta manera, la estatua de bronce fue removida bajo el noble pretexto de “embellecer la imagen urbana del municipio” y de acercar a Don Andrés a la gente, situándolo en la glorieta de la Avenida 115 con Paseo Central. Claro, porque nada dice “honrar a un prócer” como moverlo a una rotonda donde el tráfico es más pesado que la carga histórica que debería representar.

LO MÁS risible del caso es el argumento de que el cambio se realizó para proteger la escultura de posibles daños, para lo cual se tenía previsto situarlo sobre un pedestal. Sin embargo, la estatua se dejó a ras del suelo, completamente expuesta a las inclemencias del tiempo y a cualquier acto vandálico. Porque, claro, ¿quién necesita cumplir promesas cuando el “embellecimiento” de la plaza principal costó casi 45 millones de pesos? Una ganga si consideramos que en la ciudad no hay problemas más urgentes como la pavimentación y el alumbrado de colonias populares.

PERO no hay que ser injustos con la generosidad de Lili, quien al menos tuvo la decencia de reubicar también la estatua de Leona Vicario, esposa y compañera de batallas de Quintana Roo, en un gesto de equidad conyugal en pleno Siglo XXI. Todo esto con tal de que la administración que encabeza y que está a punto de concluir pudiera dejar para la historia su sello personal en una remodelación que, honestamente, pocos ciudadanos pidieron y menos aún agradecieron.

EL SEGUNDO agravio en esta tragicomedia estatal nos lleva a Chetumal, donde los diputados de la XVII Legislatura decidieron que lo que realmente necesitaban era… ¡una cafetería! Nada menos que en el lugar donde se erigía la estatua de Andrés Quintana Roo. ¡Bravo por la innovación! Porque, por supuesto, los trabajadores del Poder Legislativo necesitan un espacio digno y acogedor para disfrutar de sus sagrados alimentos, aunque eso implique mover al prócer con grúas mecánicas y desatar la ira de las agrupaciones sociales.

EL PROYECTO, respaldado por Morena y el Partido Verde pretende destinar 14 millones de pesos para beneficiar a 600 trabajadores. ¿Qué son unos millones comparados con el derecho a un café con leche en un entorno agradable? No importa que el espacio sea un sitio histórico declarado Patrimonio Cultural Intangible. Las necesidades de nuestros dedicados servidores públicos son, al parecer, más tangibles y urgentes. Ante tal absurdo, la justicia federal ha ordenado la suspensión de las obras hasta que se dicte sentencia final. Mientras tanto, la estatua languidece en un estacionamiento del Poder Legislativo, en una especie de limbo de bronce, esperando su destino final justo cuando faltan dos meses para la gran celebración de nuestro estado.

EN ESTA tragicomedia de decisiones cuestionables, el gran perdedor es, sin duda, Andrés Quintana Roo. Porque, aunque su legado esté escrito en los anales de la historia, parece que su figura es más molesta que inspiradora para quienes deberían defender su memoria. Así es la vida en Quintana Roo, donde honrar a nuestros próceres se traduce en mover sus estatuas para dar paso a los caprichos urbanos y legislativos del momento.

AL FINAL, parece que el mejor homenaje que podemos darle a Andrés Quintana Roo es dejar de moverlo de un lado a otro y empezar a respetar su lugar en la historia nacional y en nuestro espacio público.

@Nido_DeViboras