Cancún y Apodaca, dos alcaldes… dos bodas

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Cancún y Apodaca, dos alcaldes... dos bodas

José Luis Carrillo

Nadie duda que la vida privada seguirá siendo privada, hasta que las personas deciden hacerla pública.

Entonces los parámetros sociales y morales tienden a ajustarse, y más cuando los involucrados se encargan de hacerlo.

Por tal motivo, les comparto que en esta “gran vecindad” llamada Nuevo León volteamos la mirada a la llegada de los alcaldes electos, particularmente en dos de ellos, quienes buscan atraer la atención política, no necesariamente por sus proyectos municipales.

¡Sino porque ambos se casan! Totalmente válido y plausible, por lo que buscan que todos nos enteremos de ello.

Ambos son herederos de grupos políticos relevantes en el PRI y PAN; por ende, buscarán de forma legítima empezar a brillar con luz propia.

Ambos aplican un principio del marketing político relevante: “Aprovecha las oportunidades, sin parecer oportunista”.

Hablamos del diputado local con licencia y alcalde electo de Allende, Eduardo Leal, que contrajo nupcias en las paradisíacas playas del Caribe Mexicano el pasado sábado 2 de agosto.

El panista invitó a todos los diputados del Congreso de Nuevo León hasta Cancún para que lo acompañaran a la ceremonia religiosa y la respectiva pachanga posterior, en donde, cobijados con la “protección del Gran Kukulcan” dieron rienda suelta al consumo etílico provisto por el Gran Acán.

Muchos legisladores estuvieron días antes en el Caribe Mexicano disfrutando de un fin de semana largo, previo al ansiado pachangón, ya ven que en Nuevo León casi ni hay problemas que atender, sobre todo por el castigo al gobernador Samuel Alejandro García Sepúlveda por violar la Ley Electoral, nuevamente.

A esta boda fueron invitados diputadas y diputados de todos los partidos políticos, menos los de Movimiento Ciudadano, por razones obvias.

El balché circuló de manera generosa entre las mesas de los invitados del alcalde electo, igual que hace cientos de años pasaba en las mesas de los mayas.

Salvo que ahora se llama tequila, cheve y whiskey.

Mientras que, en Apodaca, el municipio metropolitano de Monterrey que se caracteriza por su amplia infraestructura industrial, otro alcalde electo, pero del PRI, también contraerá nupcias.

En contraste, César Garza Arredondo, antes de rendir protesta, cumplirá su primera promesa de campaña: ¡casarse con su novia Vianey Zambrano en una ceremonia de Matrimonios Colectivos en la Plaza Principal de Apodaca, Nuevo León!

Dos alcaldes electos de dos partidos políticos, históricamente adversarios, pero que hasta el momento siguen siendo aliados.

Dos formas de empezar a generarse una percepción política y social que nadie duda será la premisa principal en sus respectivos gobiernos municipales.

Esperemos que así nos llamen la atención y sorprendan gratamente cuando gobiernen.

Garza Arredondo ha convocado más de dos mil invitados a la ceremonia civil masiva que será este martes 6 de agosto, mientras que la religiosa la celebrará unos días después en un entorno familiar.

Una boda en un sitio paradisiaco, con invitados tipo “members only”, vaya “Club de Toby”; otra en una Plaza Principal con la “Raza” como decimos en el Noreste de México.

Un alcalde de Nuevo León eligió Quintana Roo, y otro Apodaca. Hay niveles y estilos, sin duda.

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