- La Constitución tiene más cambios que artículos desde su promulgación: Peña Nieto, Calderón y AMLO son los presidentes más reformistas.
STAFF / LUCES DEL SIGLO
CIUDAD DE MÉXICO.- Piedra angular del Estado mexicano, la Constitución de 1917 ha sido transformada tantas veces que, si pudiera hablar, seguramente se preguntaría si sigue siendo la misma.
Con 256 reformas y 770 modificaciones a sus artículos, el documento que nació con la promesa de consolidar el México posrevolucionario, se ha convertido en un laboratorio de cambios, tantos, que bien podríamos decir que se ha escrito una nueva constitución en las últimas décadas.
El dato es apabullante: 117 de los 136 artículos de la Constitución han sido reformados al menos una vez, mientras que sólo 19 permanecen intactos. Si se toma en cuenta que en los últimos tres sexenios las modificaciones han sido más numerosas que los artículos mismos, resulta difícil no cuestionar si el texto constitucional sigue reflejando los principios fundamentales sobre los que fue construido, o si se ha convertido en un documento moldeable a las necesidades políticas del momento.
- La Constitución: el juguete favorito de los presidentes mexicanos
- La derecha llora: Trump y Sheinbaum no se pelearon y los aranceles no llegaron
- Barceló y su delfinario de la muerte
El sexenio de Enrique Peña Nieto se lleva la corona del reformismo constitucional: 28 reformas que impactaron 156 artículos, principalmente en sectores clave como energía, telecomunicaciones y justicia penal. Su famoso “Pacto por México” se convirtió en el motor de los cambios más profundos de la era reciente, aunque no necesariamente los más populares.
Su predecesor, Felipe Calderón, tampoco se quedó atrás, reformando 110 artículos en su mandato. Por su parte, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador frenó el ritmo, con 27 reformas que modificaron 83 artículos.
Lo más llamativo es que el artículo 73, que define las facultades del Congreso, ha sido reformado tantas veces que es difícil reconocer su versión original.
Lo mismo sucede con el artículo 123, eje del derecho laboral, y el 27, pilar del régimen de propiedad en México.
Estos tres han sido transformados 144 veces en total, lo que evidencia que los temas económicos, políticos y laborales han sido el epicentro de los cambios.
Pero ¿qué dice este frenesí de modificaciones sobre la estabilidad jurídica del país? Para algunos, representa la evolución necesaria de un texto legal que debe adaptarse a las nuevas realidades.
Para otros, es la prueba de que la Constitución mexicana ha sido manoseada con fines políticos más que con una visión de largo plazo.
Mientras, en otros países las constituciones han resistido el paso del tiempo con cambios mínimos, en México parece que cada sexenio necesita dejar su firma en el texto fundamental. La alternancia política, lejos de traer estabilidad a la Carta Magna, la ha convertido en un campo de batalla donde cada administración busca imprimir su sello. Lo que alguna vez fue un documento estable y predecible, hoy es una obra en constante reescritura.
El futuro de la Constitución mexicana parece condenado a seguir este patrón. Con cada nueva administración, nuevos intereses, nuevos ajustes y, probablemente, nuevas contradicciones.
Lo que queda claro es que el México de 1917 poco tiene que ver con el de hoy, y su Constitución, aunque sigue llamándose la misma, es en muchos sentidos un documento completamente diferente.
Te puede interesar: Defiende MC voto por reforma al Infonavit