- Alejandro González Iñárritu celebró ayer el 25 aniversario de Amores Perros, ópera prima que lo catapultó.
STAFF / AGENCIA REFORMA
CIUDAD DE MÉXICO.- Alejandro González Iñárritu celebró ayer el 25 aniversario de Amores Perros, ópera prima que lo catapultó, con una proyección de una copia restaurada en Cannes Classics.
El director, muy emocionado, dijo que ese momento era “un regalo único”. A su lado, Gael García Bernal, con lágrimas en los ojos, lo abrazó y le dio las gracias por haberle cambiado la vida, pues con esa película debutó en la actuación.
La dupla de mexicanos desgranó varias anécdotas de aquel rodaje, que marcó la trayectoria de ambos artistas, convertidos ahora en dos de los rostros más conocidos del cine mexicano.
Los inicios fueron duros, dijo el director, porque cuando presentaron el proyecto, él y el guionista Guillermo Arriaga, a las autoridades mexicanas para lograr apoyo, fueron rechazados.
“Fue una apuesta difícil, porque la película no era fácil, era tensa, violenta, difícil de montar”, recordó.
García Bernal rememoró la llamada que recibió del director, entonces presentador en la radio, para proponerle el proyecto. En aquel momento estaba estudiando en una escuela de arte dramático en Londres y su madre le avisó que estuviera cerca del teléfono para responder.
“Escuché su voz, y me dije ‘es un tipo de la radio’. No estoy pidiendo ninguna canción”, recordó, riendo.
Ya en el rodaje, era tan poca la experiencia de Gael rodando que tenía dudas que podrían sonar a “ciencia ficción”.
“(Al principio de la filmación) no le pregunté a nadie si (el término) ‘action’ significaba acción para el personaje o acción para empezar la escena”, contó, entre risas, el histrión, que cuenta con 77 créditos en cine y televisión.
Como parte de los festejos, alista una instalación artística a partir del material que descartó, que se presentará en septiembre y octubre en la Fundación Prada, en Milán, y luego en Los Ángeles y México.
“El milagro es que almacenamos todas esas latas de material en la cinemateca de la Universidad de México”, dijo. “Estas latas llevan 25 años (ahí), como el vino”.
UN ESTRENO COMPLICADO
Amores Perros se estrenó en el 2000 en la Semana de la Crítica, una sección paralela del certamen, donde se alzó con el gran premio.
Pero el día de la proyección en Cannes, a la una de la madrugada, no fue un buen momento, aseguró González Iñárritu.
“La gente entraba, se iba… y la mitad de la pantalla se apagó en medio (de la proyección)”, relató. “Estaba muy deprimido”.
En una comida con el director de la sección, el cineasta italiano Bernardo Bertolucci, el mexicano le comentó que era “insoportable” presentar un filme.
“Es la peor experiencia que he tenido en mi vida”, le dijo. “Es horrible, estoy como un niño esperando que el maestro me califique”.
A lo que Bertolucci le respondió: “Alejandro, tengo malas noticias para ti. Después de tu primera película, todo va a peor”.
Caso contrario, para García Bernal, ese estreno fue “una de las experiencias más trascendentales” de su vida.
“Estaba totalmente emocionado con la película, todos lloramos”, recordó.
“Algo sucedió que cambió mi vida, y la vida de todos”, añadió. “Cuando entramos, el mundo nos miraba de una manera, y cuando salimos, el mundo cambió hacia nosotros. Había una percepción diferente (de México)”, explicó.
González Iñárritu y García Bernal volvieron a trabajar juntos en Babel (2006), que estuvo nominada a varios Óscar y también compitió por la Palma de Oro.