- Las mujeres de Quintana Roo son pieza clave de la transformación social que plantea la 4T, considera el diputado Renán Sánchez.
STAFF / LUCES DEL SIGLO
COZUMEL, Q. ROO.- No hubo discursos ni tarimas. Esta vez, Renán Sánchez Tajonar, diputado local del Partido Verde en Quintana Roo, optó por tocar puertas, sentarse en la sala y escuchar. Así, sin filtros ni flashes, reafirmó su compromiso con las mujeres que sostienen a Quintana Roo desde sus hogares, con sus batallas diarias, con su constancia invisible.
Primero fue doña Mercedes. Una mujer de las que no se rinde, de las que aprietan los dientes cuando la salud se complica pero no dejan de pelear. En su casa, con café y confianza, Renán la escuchó. Le habló directo: que nadie debería tener que escoger entre curarse o llevar comida a casa. Le prometió que desde el Congreso seguirá presionando para que los servicios médicos sean accesibles y dignos, no un lujo reservado para unos cuantos.
Después, en otro rincón del estado, tocó la puerta de Mary, mamá de Iker, un adolescente apasionado por el taekwondo. Gracias al empuje de Mary y el respaldo del diputado, Iker no solo llegó al torneo estatal, sino que se trajo el primer lugar. Ahora va por más, rumbo a los Juegos Regionales. Renán no ocultó el orgullo: “Cuando una madre empuja los sueños de su hijo, merece ser escuchada”.
Estas visitas no fueron casualidad. Son parte de una forma distinta de hacer política. De la que se construye desde abajo, desde las casas donde se lucha sin cámaras. Para Renán, las mujeres son pieza clave del cambio y no lo dice desde el discurso; lo demuestra caminando, preguntando, atendiendo.
No prometió milagros. Prometió seguir ahí. Porque cuando el político baja del estrado y se sienta en la silla de plástico con los suyos, el cambio comienza a oler a realidad.
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