- América Latina y el Caribe deben trabajar con Europa proyectos concretos que beneficien a ambas regiones, consideró el Secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente.
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CIUDAD DE MÉXICO.- América Latina y el Caribe deben trabajar con Europa proyectos concretos que beneficien a ambas regiones y sostener una diplomacia pragmática que permita asociaciones equilibradas más modernas y audaces, consideró el Secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente.
Al participar en la IV Cumbre de jefes de Estado y/o Gobierno CELAC-UE, que se lleva a cabo en Santa Marta, Colombia, el Canciller indicó que el próximo año México y la Unión Europea suscribirán un acuerdo global modernizado que actualiza el firmado hace 25 años.
“Necesitamos trabajar con proyectos específicos en sectores relevantes: energías limpias, industria farmacéutica, infraestructura, manufacturas avanzadas, y otros, que se traduzcan en beneficios puntuales para nuestros pueblos, que fortalezcan las cadenas productivas y el desarrollo sostenible de todos los estados de América Latina y el Caribe”, señaló.
Ante distintos mandatarios, entre ellos Gustavo Petro, de Colombia; Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil; y António Costa, presidente del Consejo Europeo, De la Fuente reiteró el llamado para que en América Latina y el Caribe se respete la integridad de los países.
“México quiere reafirmar, en este espacio, la plena vigencia de la proclama de América Latina y el Caribe como zona de paz, y nuestro compromiso absoluto con la soberanía, la integridad territorial y la autodeterminación de los pueblos”, expuso.
Una relación birregional fortalecida, planteó, es indispensable para enfrentar los desafíos globales, las desigualdades que se acentúan en muchas regiones del mundo, los flujos migratorios y la regulación digital.
“Pero, sobre todo, la defensa de nuestras democracias, de nuestras libertades y de la paz”, enfatizó.
El Canciller, quien participó en representación de la Presidenta Claudia Sheinbaum, dijo que las dos regiones tienen la rresponsabilidad histórica de actuar a través de una diplomacia más eficaz que brinde soluciones tangibles y perceptibles a la ciudadanía.
“Para afrontar estos retos se requieren alianzas estables y mutuamente acordadas. Una alianza impuesta no es una alianza. América Latina y el Caribe es, y deberá seguir siendo, una región de paz. Por ello, nos sumamos al llamado para que prevalezcan el diálogo y la diplomacia en la relación de nuestras controversias.
“Así lo marcan nuestros principios constitucionales de política exterior, y la Carta de las Naciones Unidas. Para una convivencia armónica entre países y entre regiones es fundamental el respeto al derecho internacional”, subrayó.




