- Trabajadores de Pemex hallaron dos túneles usados para robar diésel tras reportes vecinales de ruidos extraños y olor a combustible cerca del Periférico.
STAFF / AR
CIUDAD DE MÉXICO.- Un vistazo al túnel es suficiente para percibir el aroma a hidrocarburo.
A una cuadra del Periférico, ruidos extraños y un olor a combustible, reportados por los vecinos, fueron los indicios que siguieron trabajadores de Pemex para encontrar dos túneles construidos para robar diesel y gasolina del ramal que corre de Azcapotzalco a Barranca del Muerto.
Sobre la calle Gobernador M. González Calderón, en la Colonia Observatorio, corren los postes que advierten la presencia de un ducto, pero personal de Inteligencia y Logística de Pemex apuntó sus radares al inmueble marcado con el número 74.
Personal de la paraestatal dijo a Grupo REFORMA que semanas atrás recibieron reportes vecinales sobre el olor a combustible, cuando investigaron, los radares les marcaron una disminución de la presión en esta zona.
Hasta el pasado ciclo escolar, la vivienda servía como estancia infantil. Después de que cerró, los vecinos escucharon ruidos extraños, luego llegó el olor a combustible.
“Creímos que estaban remodelando”, comentó una vecina.
La fachada de la que fuera la Estancia Infantil Isi ya no es colorida como hace unos meses; la pintaron de blanco y nadie abría, aunque se escuchaban personas dentro, dijeron vecinos.
El patio de la vivienda ahora está lleno con costales de tierra y escombro, en la primera habitación hay pedazos de tablarroca tirados en el piso, sólo a unos pasos de una excavación de ocho metros de profundidad.
Una escalera colocada por personal de Pemex sostiene lámparas que alumbran la construcción, abajo, dicen los trabajadores, hay cinco metros de túnel con dirección al ducto.
“Aún no sabemos si llegaron hasta el ducto y lograron conectarse”, confesaron.
Para acceder al segundo túnel hay que atravesar una habitación y el patio lleno de costales con escombro.
Hay que agacharse para ingresar a un cuarto que no alcanza los tres metros por lado, en él sólo hay un montón de tierra y tres bidones vacíos, pero que huelen a combustible.
Otro acceso reducido da entrada al cuarto del segundo túnel, éste de dos metros de profundidad que los trabajadores de Pemex abrieron a pala, pues lo encontraron lleno con tierra removida.
El olor a tierra mojada se confunde con el de hidrocarburos.
“Huele entre a Fabuloso (detergente) y gasolina. Unos minutos aquí y te mareas, nosotros entramos por lapsos de cinco minutos”, explicó un trabajador de la petrolera.
Protección Civil descartó riesgo a la población.




