- Enclavada en los límites de Benito Juárez e Isla Mujeres, Costa Maya se perfila como la segunda gran zona hotelera de Cancún.
OMAR ROMERO
CANCÚN, Q. ROO.– Costa Mujeres, enclavada en los límites de Benito Juárez e Isla Mujeres, se perfila como la segunda gran zona hotelera de Cancún y, con ello, como una potencial competidora del tradicional bulevar Kukulcán. El auge del destino ha detonado no solo inversiones turísticas de gran calado, sino también la urgencia de infraestructura vial y urbana que responda a la velocidad del crecimiento.
La Asociación de Hoteles de Costa Mujeres calificó como prioritaria la construcción del corredor turístico Cancún–Isla Blanca, una obra de 25 kilómetros que conectará a esta zona con la mancha urbana. La directora ejecutiva del organismo, Marissa Setién, informó que el proyecto se encuentra en etapa avanzada de estudios técnicos, aunque persisten pendientes en materia de derechos de vía hacia Isla Blanca.
“Sabemos que están muy avanzados, hay una parte que ya está terminada en cuanto a los estudios, están trabajando hasta la zona que llega hasta Isla Blanca, que es lo único que está pendiente”, explicó.
Mientras tanto, la prolongación Bonampak y parte del bulevar que conecta a la zona presentan hundimientos y deterioro evidente. Turistas de alto poder adquisitivo —el perfil predominante en los resorts de cinco estrellas que operan en Costa Mujeres— ya han expresado su inconformidad por la falta de accesos dignos, situación que contrasta con la calidad de los servicios hoteleros.
El proyecto, de acuerdo con la Secretaría de Desarrollo Territorial Urbano Sustentable (SEDETUS), contempla una inversión de tres mil millones de pesos para levantar un bulevar con dos carriles por sentido, banquetas, alumbrado público, drenaje pluvial, ciclovía y paradas de autobuses. Una infraestructura integral para turistas, trabajadores y comunidades aledañas.
Crecimiento acelerado
Costa Mujeres cerrará este año con alrededor de 12 mil habitaciones, pero los planes de largo plazo prevén hasta 25 mil cuartos en la franja continental de Isla Mujeres. De concretarse, la zona igualaría en escala a la propia Zona Hotelera de Cancún, cuyo bulevar Kukulcán mide entre 25 y 26 kilómetros y concentra la mayor parte de la oferta turística del estado.
La demanda es evidente: el Aeropuerto Internacional de Cancún movilizó en 2023 un récord de 39.9 millones de pasajeros. En el primer trimestre de 2025 sumó más de 5 millones de viajeros y, aunque en los primeros cinco meses del año el arribo internacional retrocedió 6.8 por ciento, la ocupación hotelera en Cancún, Isla Mujeres y Puerto Morelos se mantiene en niveles cercanos al 80 por ciento en temporadas altas.
El reto de ordenar
La SEDETUS advierte que el crecimiento demográfico del estado, de 3.5 por ciento anual —más del doble del promedio nacional—, presiona la planeación en Costa Mujeres. El déficit de vivienda para trabajadores del sector turístico es ya un problema latente: por cada habitación de hotel se estiman entre 1.5 y 2 empleos directos, lo que podría atraer hasta 200 mil nuevos habitantes con necesidad de vivienda, movilidad y servicios públicos.
El presidente de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios, Miguel Ángel Lemus, reconoció que miles de trabajadores deben rodear diariamente largas distancias para llegar a sus centros de empleo, lo que refleja la falta de un plan integral de conectividad. “Es una planeación prioritaria que debe tener la SEDETUS para orientar y regular el crecimiento de esa zona; tiene que ser a mediano plazo”, apuntó.
Una segunda zona hotelera
La proyección de Costa Mujeres como nuevo polo turístico de alta gama ya no es una promesa: es una realidad en expansión que amenaza con convertirse en la principal competencia de la Zona Hotelera de Cancún. Sin embargo, su consolidación dependerá de la capacidad del gobierno y del sector privado de coordinar inversiones en infraestructura urbana, movilidad, vivienda y servicios públicos.
“Sabemos que este es un destino de alta gama y los visitantes han hecho comentarios sobre el estado en que se encuentran las vialidades”, reiteró Marissa Setién.
El reto es claro: si Costa Mujeres quiere consolidarse como la nueva joya turística del Caribe Mexicano, necesita vías modernas, planeación ordenada y acceso digno, a la altura de sus hoteles de lujo. De lo contrario, corre el riesgo de que su crecimiento acelerado se vea frenado por los mismos problemas urbanos que aquejan a Cancún.