Guillermo del Toro cumple 61 años, pero ya no celebra

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  • Guillermo del Toro, ganador de tres Óscar, aclamado creador fantasía y monstruos, es también un señor que hace limpieza en su casa y cocina como Dios le da a entender, que no deja los antojos tapatíos y ya no quiere celebrar los cumpleaños.
STAFF / AR

TORONTO, Canadá.- Guillermo del Toro, ganador de tres Óscar, aclamado creador fantasía y monstruos, es también un señor que hace limpieza en su casa y cocina como Dios le da a entender, que no deja los antojos tapatíos y ya no quiere celebrar los cumpleaños.

“Trato de no darme ni cuenta que fue mi cumpleaños, ¿para qué sirve?, tengo 60, para qué voy a celebrar 61”, dijo el jalisciense quien hoy, precisamente, llega a los 61 años. “Ya todo, de 60 para adelante, todo lo que cuelga es adorno, no hay que celebrar los cumpleaños.

“Mi jefe (el empresario Federico del Toro) me decía: ‘Le dicen Arbolito de Navidad’. Y yo: ‘¿por qué?’ ‘Porque todo lo que cuelga es adorno. Mi jefe era muy chistoso”.

Del Toro, quien promociona su más reciente cinta, Frankenstein, recordó a su fallecido padre como una de las mayores influencias que ha tenido en lo profesional y personal.

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“Nos decía: ‘¿Quieres tanto? Lávate los coches de la agencia o la bodega’. ‘Si dices que estás a las 10, ya estás fuera a las 9:55’. Nos dio una disciplina muy fuerte, es el jefe más difícil con el que he trabajado, mi papá, dificilísimo, trabajé con él un rato y le dije: ‘Renuncio’, prefiero tenerte de papá que de jefe”.

Tras el secuestro de su progenitor, en 1998, el cineasta (El Laberinto del Fauno, La Forma del Agua) pasó de vivir en Guadalajara a instalarse temporalmente en Texas y Madrid.

Luego eligió Toronto como centro de operaciones y rodaje y, después, decidió alternar la ciudad con Los Ángeles como lugar de residencia.

El escritor y productor expuso su sentir acerca de lo que ha significado crecer, ser padre de dos hijas (Mariana y Marisa) y verse en un espejo con las enseñanzas familiares.

“Mis hijas son súper amigas mías. (Creo que) la gente joven está allí para salvarnos, y la gente lo entiende al revés. Hay que aprenderles”, opinó.

‘YO LAVO, ASPIRO, BARRO’

Galardonado en todo el mundo, Del Toro no pierde su sencillez y asevera que no tiene ni siquiera un asistente o compañía que le resuelva la vida profesional, él lo hace casi todo.

“Creo que es importante ser autosuficiente. Yo lavo, aspiro, barro, sacudo, saco la basura. Eso te da una estructura muy buena.

“Nadie trabaja para mí. No me gusta, me gusta hacer las cosas yo. Muy difícilmente tengo un asistente y lo uso el cinco por ciento. La mayor parte de mi vida, me gusta hacer las cosas yo. Mi compañía soy yo, no tengo compañía, yo produzco las pelis, tengo socios estratégicos, no tengo secretaria. No entiendo eso de decir: ‘Haz esto'”.

Explicó que un día regular en su vida, cuando no trabaja en alguna producción, equivale a levantarse temprano, cocinar y hacer el aseo.

“Me levanto muy temprano, 8:00, 8:30 llego a mi oficina con mis monstruos. Si no escribo me siento mal. Dos horas, tres horas. Veo una película, vuelvo a la casa, ceno fuera. No cocino lo suficientemente bien para cenar. Los domingos pinto muñequitos, muy normal, muy aburridos”.

SU PELÍCULA DE PADRES E HIJOS

En Frankenstein, que estrenará en cines el 23 de octubre y llegará a Netflix el 7 de noviembre, Del Toro reinterpreta el clásico de Mary Shelley.

Pero en vez de estremecerse con la presencia de un monstruo, en la película invita a abrazarlo por la atmósfera alrededor de su nacimiento.

“Es una historia de padres e hijos, mucho más emocional, más cercana a la biografía, más acercada al melodrama mexicano, de Ismael Rodríguez, y que lo trae en las películas como El Espinazo Del Diablo, El Laberinto del Fauno.

“(Viene de esa gran influencia de) No Desearás la Mujer de Tu Hijo y La Oveja Negra. Los (hermanos) Soler eran los actores a nivel mundial sensacionales, y Pedro Infante era perfecto como el hijo víctima que se aguantaba”, destacó.

NO RESISTE ANTOJOS

Cuando vuelve a su natal Guadalajara, Guillermo del Toro dice que siempre le entra duro al antojo
“Me voy a las Pipiolos, las tortas ahogadas del Güerito, las tortas de Leo, los tacos de Los Laureles, las carnes en su jugo Garibaldi, aunque Kamilo’s también me gusta, el mercado de Abastos, el de Santa Tere, el menudo, los biónicos y los juguitos con Tina, ¿cómo los sustituyes? La Estación de Juárez, el mejor menudo”, exclamó con nostalgia.

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