- Perspectivas se deterioran, expertos e instituciones financieras coinciden en bajas de crecimiento para México y Estados Unidos.
MARLÉN HERNÁNDEZ / AGENCIA REFORMA
MONTERREY, NL.- Una recesión, o incluso una desaceleración en Estados Unidos, provocaría un fuerte golpe a la economía mexicana dada la interrelación que tiene con su vecino, advirtieron especialistas.
Anotaron que el desenlace final del fenómeno que se presente aún es incierto, pero lo que es un hecho es que las perspectivas para ambos países se han deteriorado notablemente.
Por ejemplo, el banco Wells Fargo recién redujo su previsión de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) estadounidense para el 2022, de 2.2 a 1.5 por ciento, y para el 2023 pasó de proyectar un alza marginal de 0.4 por ciento a ya una contracción de 0.5 por ciento.
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Aparte, Goldman Sachs bajó su estimado para el año en curso de Estados Unidos, de 2.6 a 2.4 por ciento, y para el próximo de 2.2 a 1.6 por ciento.
En el caso de México, el Fondo Monetario Internacional (FMI) redujo de 2.8 por ciento a 2 por ciento el crecimiento estimado para el 2022 y de 2.7 a 2.5 por ciento la previsión para el 2023.
Por separado, en la encuesta más reciente del Banco de México (Banxico) entre especialistas del sector privado, levantada en abril pasado, la mediana del crecimiento esperado para el 2022 fue de sólo 1.7 por ciento, muy por debajo del 2.8 previsto en diciembre del 2021.
Y para el 2023 la proyección se ubicó en 2.0, contra 2.2 que se preveía a fines del año pasado.
Sobre el tema de si habrá o no una recesión en la Unión Americana, en la última encuesta de Bloomberg el 30 por ciento de los economistas consultados consideró que sí se presentará en los próximos 12 meses, la proporción más alta desde el 2020.
Una recesión es comúnmente definida como dos trimestres consecutivos de caídas del PIB, mientras que una desaceleración sólo consiste en menores tasas de crecimiento.
Jessica Roldán, economista en jefe de Finamex, explicó que cuando los bonos del Tesoro a corto plazo presentan tasas de interés más altas que las de más largo plazo, se interpreta como una señal de que los inversionistas están perdiendo la confianza en la economía.
Sin embargo, anotó, actualmente esta relación presenta distorsiones.
“En este momento el indicador de la curva de rendimientos es poco útil porque trae ‘mucho ruido’. Por ejemplo, la de 2 años incluye las expectativas de los incrementos en la tasa de interés de la Reserva Federal”, expuso.
“Las probabilidades de enfrentar una recesión sí son (ahora) mayores. No obstante, todavía son relativamente bajas frente a otros escenarios, como el de una desaceleración en éste y el próximo año”, abundó Roldán.
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