Impacta a Chetumal el desarrollo de Bacalar

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  • A falta de vivienda en Bacalar, empleados del sector turístico tienen que vivir en Chetumal.
EUGENIO PACHECO

CHETUMAL, Q. ROO.- El desarrollo y crecimiento económico de Bacalar representa un riesgo para la saturación y demanda de servicios públicos en Chetumal, debido a la llegada de cientos de personas que laboran en la industria turística del pueblo mágico, pero que están adquiriendo vivienda y habitan en la capital del estado.

El empresario y principal desarrollador de vivienda en el sur del estado, Juan Manuel Mercader Rodríguez, advirtió la presencia de un fenómeno social que se ha repetido en Isla Mujeres, Playa del Carmen y Puerto Morelos, el cual se refleja como un problema para el Ayuntamiento de Benito Juárez, que debe atender las necesidades de miles de trabajadores de esos tres centros turísticos, pero que habitan en Cancún.

Mientras el Ayuntamiento de Bacalar tiene ingreso por la compra-venta de predios de alta plusvalía y el impuesto predial de los complejos hoteleros y otros negocios turísticos, el de Othón P. Blanco tiene que dotar de servicios como seguridad, recoja de basura, alumbrado público, entre otros, a los trabajadores de esa industria vecina, advirtió.

En Bacalar, la llegada de complejos turísticos y la apertura de centros de entretenimiento y restaurantes ha permitido el crecimiento de fuentes de empleo formales con beneficios de créditos de vivienda de interés social para sus trabajadores y se refleja en la demanda de casas-habitación, dijo el empresario.

Sin embargo, en Bacalar no existen tierras del Ayuntamiento o del gobierno del estado para construir esas viviendas que se requieren, y la tierra que existe es particular o de los ejidos Bacalar o Aaron Merino, y con ese mismo crecimiento se han disparado los costos hasta en un 500 contra los costos en la capital de la entidad, en donde, además, el gobierno sí tiene tierras que permiten programas conjuntos de beneficio o subsidio a la población.

En el pueblo mágico las tierras son adquiridas por los consorcios hoteleros o inversionistas privados, para crear más centros de hospedaje y negocios con vocación turística; sobre estas operaciones de compra-venta de tierra se generan impuestos por la adquisición de bienes inmuebles, altamente significativos, los cuales se quedan en Bacalar.

El impuesto predial que cada año se genera por estos centros de hospedaje y otros negocios, también es cobrado por el Ayuntamiento de Bacalar y es de igual manera altamente significativo; sin contar otros ingresos como el de saneamiento ambiental, entre otros; dijo el empresario.

Mientras que para el Ayuntamiento capitalino los ingresos por la adquisición de vivienda de interés social son mínimos, además de que el predial que se genera por las nuevas viviendas también es menor en monto comparado con lo que cobra su vecino Bacalar, sin embargo, la demanda de esos nuevos habitantes en cuanto a servicios públicos es mayor y crece anualmente, apuntó Mercader Rodríguez.

Aclaró que una gran parte de la laguna de siete colores, principal atractivo y sustento del crecimiento económico de Bacalar, está dentro del territorio de Othón P. Blanco, sin embargo, esto aún no puede considerarse un asunto que compense económicamente al Ayuntamiento capitalino, al no existir todavía a corto o mediano plazo, planes o proyectos para detonarlos turísticamente, consideró.